La campaña para las elecciones gallegas del próximo 25 de septiembre sirvió ayer de escenario para el duelo político entre el popular Mariano Rajoy y el socialista Pedro Sánchez. Ante sus respectivos candidatos ambos se culparon mutuamente del bloqueo político del país. A Rajoy la situación nacional le sirvió de ejemplo para pedir un respaldo que garantice una nueva mayoría absoluta, la tercera, a Alberto Núñez Feijóo. Sánchez, por su parte, invitó a Podemos y Ciudadanos a levantarse los vetos mutuos para dar paso a un Gobierno "regeneracionista".

En la plaza de toros de Pontevedra, con el recinto a rebosar con más de 12.000 espectadores, el líder del PP acusó al del PSOE de desplegar una "táctica obstruccionista", que daña a España. Los españoles no se merecen "ni un día más" un Ejecutivo que ya cumplió 263 días en funciones, porque "cada día que pasa el coste es mayor para el conjunto de los ciudadanos y la factura que se ha de pagar, mucho más elevada", expuso Rajoy. El presidente popular reiteró su temor a que el PP pueda ser desplazado del Gobierno gallego si no obtiene la mayoría absoluta y alertó de las consecuencias de que la comunidad quede a merced de "una colección de partidos, plataformas y grupos de amigos que ahora se presentan a las elecciones".