-Alguien ha llegado a proponer la ineligilibilidad de los principales candidatos de cada partido cuando sean incapaces de formar Gobierno. ¿Qué le parece?

-Ésta es una propuesta llamativa, pero técnicamente no habría quien la articulase.

-¿Sería una solución elegir al presidente entre los candidatos propuestos impidiendo el voto negativo como en el País Vasco y Asturias?

-Ésa es una fórmula muy difícil de aplicar a nivel nacional porque la propuesta de elección del presidente la hace el Rey y entonces tendría que proponer a todos. Otra cosa es que el Rey deje de participar en este proceso, pero no me parece lo más idóneo.

-¿Cómo se resuelve el problema de la abstención en la Unión Europea?

-En la Unión Europea pasa algo muy curioso, y es que todos los grupos pactan con todos los grupos. No existen las líneas rojas que constriñen el juego en el ámbito político español. En España, además, no existe una cultura del pacto y los candidatos acaban por lo general siendo esclavos de las palabras que sueltan durante las campañas electorales.

-¿Valen las votaciones con los votos positivos aunque haya algunas abstenciones cuando se exige la unanimidad?

-En la Unión Europea se establece que en las votaciones por unanimidad del Consejo Europeo no se contabilizan las abstenciones. Es una unanimidad rara, pero de esta forma se evitan los bloqueos.

-¿Está de acuerdo con que el Rey no debe volver a proponer a un candidato sin posibilidades de lograr la investidura?

-Lo que está haciendo ahora el Rey es muy sensato y prudente, y no es más que trasladar la responsabilidad de esta situación a las fuerzas políticas para preservar a la Corona de estas idas y venidas. El Rey les está dando tiempo y espacio.

-¿Corre don Felipe el riesgo de verse desprestigiado por el fracaso de sus candidatos en conseguir una mayoría suficiente para lograr la Presidencia del Gobierno?

-No creo. Lo que estamos viviendo ahora es algo inédito porque antes el Rey proponía a un candidato que ya había negociado con alguien. Lo que se encuentra ahora es con candidatos que pretenden negociar después de la propuesta de formar Gobierno.

-¿En qué consiste la función arbitral y moderadora que la Constitución atribuye al Rey?

-Es una función meramente arbitral, hace una propuesta pero sin decisión política. Lo que sucede ahora es que los representantes políticos van a ver al Rey pero no le informan claramente de sus posiciones políticas para hacer la propuesta del candidato. Hasta ahora siempre le habían llevado un acuerdo hecho antes de hacer esta propuesta.

-¿Cuál sería su propuesta para evitar una nueva situación de bloqueo como la que estamos viviendo?

-Si se hace una reforma de la Constitución, se debería establecer que tanto en primera como en segunda vuelta se obtengan mayorías cualificadas, de tal manera que los votos se computen respecto del número total de miembros de la Cámara y no como negativos y positivos. Lo que propongo es que la primera votación sea de mayoría absoluta, 176, y la segunda de una mayoría de menor exigencia, de un mínimo de 140 escaños.

-¿Hay realmente alternativa al PP?

-Para mí no porque la alternativa nos lleva a un escenario en el que hay que dar juego a los independentistas. No estoy de acuerdo con los que quieren romper el sistema constitucional.

-Los nacionalistas plantean al PSOE exigencias como un referéndum para Cataluña o la declaración del País Vasco como nación, pero eso probablemente rompería la unidad socialista. ¿Usted lo ve viable?

-No. Espero que el PSOE no esté en ese camino.

-¿Ha quedado lavada políticamente la corrupción del PP con su victoria electoral?

-No sé si lavada. Lo cierto es que muchos de los votantes del PP están horrorizados con los casos de corrupción y son conscientes de que la corrupción existe y que también se da en otros partidos. Hay una corrupción de carácter general que los ciudadanos achacan a toda la clase política.