El PSOE aceleró ayer su marcha hacia la decisión de dejar que, de nuevo, gobierne el PP, en una reunión de diputados y senadores socialistas en la que el presidente de la gestora, Javier Fernández, defendió la abstención ante Mariano Rajoy. El proceso culminará el domingo con una resolución del comité federal, disputada pero, en apariencia, predecible, que abrirá paso al candidato popular en la segunda votación de su debate de investidura.

La reunión en el Senado de los representantes socialistas en ambas cámaras con la actual dirección del partido marca un punto de inflexión en el ya prolongado bloqueo institucional, al día siguiente de que la poderosa organización andaluza decidiera la abstención. El presidente de la gestora, Javier Fernández, formuló de una forma directa la disyuntiva de los socialistas entre "elecciones o abstención" tras advertir que la búsqueda de otras alternativas, en las que estaba embarcado el ex secretario general Pedro Sánchez antes de su caída, es "sólo la hoja de parra para ocultar" la auténtica disyuntiva. En ese debatirse "en el terreno del mal menor", Fernández defendió que "la abstención sólo es posible en democracia cuando no hay ninguna alternativa". Esa aceptación de que sólo dejar vía libre a un nuevo Gobierno popular librará a los socialistas de unas terceras elecciones en las que todo puede empeorar estuvo acompañada de una severa crítica al PP. "Es un partido correoso, muy roqueño, que ahora mismo en un contexto de hegemonía política de la izquierda, ha conseguido ser, por dos veces la fuerza más votada, apelando a la división de la izquierda y al miedo. a la radicalización de esa izquierda". Sobre su líder y candidato, Javier Fernández no suavizó los términos al acusar a Rajoy de no asumir su responsabilidad en los casos de corrupción, a los que "parece ajeno, distante".

El ahora máximo responsable del PSOE hizo autocrítica sobre lo acontecido en el seno del partido desde las elecciones de junio. Los socialistas quedaron envueltos en "el peor silencio, el que se resigna a callar, quizá porque pensábamos que aquel 'no es no', en realidad se convertiría en 'de entrada no'". Por eso ahora "tenemos que hablarlo, tenemos que debatirlo, y debemos hacerlo ahora, porque cuando hubiéramos debido hacerlo no tuvimos ni diagnóstico, ni reflexión, ni realismo".

En una jornada de intensa actividad interna -por la urgencia de resolver la posición de los socialistas antes de que el próximo lunes el Rey inicie las consultas con los partidos de cara a un nuevo debate de investidura- la gestora del PSOE fijó para el próximo domingo el comité federal en los que los socialistas resolverán, previsiblemente, virar hacia la abstención. El segundo punto del orden del día de la reunión del máximo órgano entre congresos será el "debate y votación de la posición política del grupo parlamentario socialista ante el proceso de investidura". Dos vocales de la dirección interina, el balear Francesc Antich y el riojano Francisco Ocón, defendieron que antes del comité federal se celebre una consulta a la militancia sobre la posición a adoptar ante el candidato del PP a la presidencia del Gobierno. La propuesta se desestimó al carecer del respaldo de los otros ocho integrantes de la gestora. El diputado por Cantabria Ricardo Cortés, en línea con la Ejecutiva del PSOE de su federación, se mostró partidario de mantener el voto contrario a la reelección de Rajoy.

Ya por la tarde, Javier Fernández se reunión con el recién reelegido primer secretario del PSC, Miquel Iceta, quien le reiteró que los socialistas catalanes votarán en contra de la investidura del candidato del PP. Iceta argumenta que, por razones "tácticas y políticas", en Cataluña los socialistas no pueden aparecer "al lado de un PP que es el responsable de que no haya diálogo" para superar el conflicto territorial.