Las elecciones seguirán en el horizonte político español pese a la previsible investidura de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno. Eso sostiene el todavía ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo, para quien si el nuevo Gobierno no consiguiera sacar adelante los presupuestos debería disolver las Cortes y convocar nuevos comicios el 3 de mayo de 2017, al cumplirse un año del llamamiento a las elecciones generales celebradas en junio pasado.

En una intervención en el Club Siglo XXI, el ministro anticipó una legislatura difícil para el PP, obligado a "torear" con sólo 137 diputados y a negociar cada jornada "en un clima muy complicado". En esa circunstancia, la falta de aprobación de los presupuesto constituiría un nuevo bloqueo al que habría que buscar salida en las urnas. "Si no hay presupuestos, la única solución sería la disolución de las Cortes el 3 de mayo", anticipa García Margallo.

Por ahora la preocupación de los grupos parlamentarios se centra en la posibilidad de la convocatoria de comicios en diciembre, una amenaza potencial mientras no esté investido un nuevo presidente del Gobierno. En previsión de que se llegase a esa cita, el pleno del Congreso aprobará hoy una modificación de la normativa electoral que permitirá anticipar las elecciones al 18 de diciembre y acortar la duración de la campaña electoral. Un acuerdo del PP, PSOE y Ciudadanos permitirá además reducir a la mitad los gastos electorales de los partidos y recortar en un 30 por ciento sus subvenciones en el caso de que no prospere la investidura de Mariano Rajoy.

Reforma más amplia

Otros grupos como Podemos o ERC presentaron una batería de enmiendas encaminada a reformar más en profundidad el sistema electoral pero que, con toda probabilidad, no saldrán adelante en la sesión de hoy. Unidos Podemos propone un Congreso con 400 diputados para mejorar la representatividad y reconocer el derecho al voto a los 16 años. ERC se suma al reconocimiento del derecho al voto a esa edad y propone suprimir la jornada de reflexión y la prohibición de publicar encuestas en los últimos días de campaña, algo que considera "anacrónico".