El ministro español de Asuntos Exteriores en funciones, José Manuel García-Margallo, aterrizó este lunes en Bagdad a las 13.00 hora local (10.00 GMT), en una visita que tiene lugar en plena ofensiva de las fuerzas iraquíes y kurdas sobre la ciudad de Mosul, último gran feudo yihadista en el país.

El ministro, que fue recibido por el director general de Protocolo, Jalil al Musawi, tiene previsto reunirse con el viceministro iraquí de Exteriores, Nizas Abdulhadi al Jairalá.

Después, está programada también una visita a las tropas españolas desplegadas en la base militar de Besmaya, 40 kilómetros al sur de la capital iraquí.

El viaje, que concluirá este martes, incluye también encuentros con otras autoridades iraquíes, aún sin concretar.

Fuentes diplomáticas españolas dijeron a Efe que esta visita es "importante" para mostrar el apoyo al Gobierno iraquí en su ofensiva sobre Mosul y en su gestión política, en medio de las tensiones religiosas y étnicas presentes en Irak.

Margallo llega a Bagdad tras haber visitado Turquía y Egipto, con el objetivo de mantener contactos con líderes regionales en este momento de conflicto, añadieron las fuentes.

En la base de Besmaya, que forma parte de las instalaciones de la coalición internacional que lucha contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI) en Irak, es donde se encuentra el grueso de las tropas españolas en ese país, con 300 efectivos, aunque se plantea una nueva aportación de unos cien más.

La función de los militares españoles en el país se basa, sobre todo, en el entrenamiento de las fuerzas iraquíes.

La coalición, liderada por Estados Unidos, tiene en Kuwait su cuartel general, en el que España cubre varios puestos en áreas de planeamiento operativo, inteligencia y apoyo logístico.

Además, tiene un elemento avanzado en Bagdad, en el que está destinado otro oficial español trabajando en el desarrollo a largo plazo de las fuerzas armadas y de seguridad iraquíes.

La ofensiva para arrebatar Mosul a los yihadistas del EI entró en su segunda semana de combates, caracterizados por el lento retroceso de los extremistas, que continúan mostrando una dura resistencia.