El Gobierno ha elegido al magistrado de lo Penal del Tribunal Supremo (TS) José Manuel Maza para ser el próximo fiscal general del Estado, en sustitución de Consuelo Madrigal, que llevaba en el cargo desde que, en diciembre de 2014, Eduardo Torres-Dulce presentó su dimisión

Ésta es la propuesta que el Ejecutivo ha presentado Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), órgano que deberá informar sobre su idoneidad. Después le llegará el turno a la Comisión de Justicia del Congreso.

El propio Maza, cogido de improviso por los periodistas en un acto en Barcelona, se mostró muy prudente. "Para mí este es un momento de silencios, no de dar opiniones. Un tiempo de silencios expectantes. Tengo que pasar el escrutinio del Congreso, un informe pasivo del Poder Judicial, ni siquiera tengo el nombramiento, sólo la propuesta del Gobierno. Tengo que pasar muchos filtros, ahora no puedo opinar".

La opinión que le pedían los informadores era la del papel que a su juicio debe tener la Fiscalía sobre el desafío soberanista catalán y si seguirá la línea mantenida en este asunto por Madrigal. Pero eludió el escrutinio mediático porque ahora, dijo, ni sabe ni tiene fundamentos para hablar sobre "dónde está el problema y qué soluciones puede haber", informa "Efe".

Maza, que nació en Madrid en 1951, es magistrado de la Sala de lo Penal del TS desde 2002. Acumula una experiencia de 40 años en la rama penal del derecho y, además de en Madrid, ha sido juez en plazas como Valencia, Galicia, Asturias y León.

Entre sus actuaciones más destacadas figura su voto en contra del sobreseimiento de las actuaciones contra el banquero Emilio Botín en 2007. También se quedó en minoría cuando se pronunció a favor de que se condenara por prevaricación al exjuez Baltasar Garzón por su investigación de los crímenes del franquismo. Maza fue recusado por Garzón en relación con el caso de las escuchas de la "Gürtel", por el cual sería condenado. Y además votó en contra de dejar en libertad al etarra Ignacio Pujana por anulación de la "doctrina Parot".