Con advertencias como la del presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart (empieza "la hora de la movilización permanente"), y el expresidente catalán Artur Mas ("nos seguiremos jugando la piel por el proceso soberanista"), miles de personas se manifestaron ayer en Barcelona en contra de los juicios a representantes y dirigentes de partidos defensores de la independencia, tildados de "políticos".

Fue una demostración de fuerza en la que los cargos soberanistas sometidos al escrutinio de los tribunales, arropados por numerosísimos seguidores de sus tesis, y bajo el ondear de las "esteladas" (banderas secesionistas), escenificaron su disposición a asumir las consecuencias que les deparen sus decisiones en aras de la independencia.

Una de las protagonistas de la jornada de movilización fue la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, que está siendo investigada por permitir que la Cámara catalana votase las conclusiones del denominado proceso constituyente, que abren la puerta a la ruptura unilateral con España. "Estoy dispuesta a declarar donde haga falta, porque estoy convencida de que actué como tenía que actuar en cumplimiento de mis funciones como presidenta del Parlament", dijo Forcadell a los medios.

Judicialización

Unas 80.000 personas, según la Guardia Urbana, se concentraron bajo el lema "Por la democracia, defendamos nuestras instituciones". La protesta contra la "judicialización" del proceso fue convocada por las tres entidades independentistas catalanas, la Asamblea Nacional Catalana, Òmnium Cultural y la Asociación de Municipios por la Independencia.

Entre las miles de personas que llenaron la avenida Reina María Cristina estaban, además de Mas y Forcadell, el diputado Francesc Homs, que dedicó la manifestación "al señor Rajoy"; el vicepresidente catalán, Oriol Junqueras, y el primer teniente de alcalde de Barcelona, Gerardo Pisarello, del partido de Ada Colau, quien se situó en un segundo plano. Con ellos, las también investigadas Irene Rigau y Joana Ortega, exconsejeras; la alcaldesa de Berga, Montse Venturós (CUP) y el concejal de Vic, Joan Coma, que dijo que espera ser "detenido" próximamente tras negarse a ir a declarar ante el juez, ya que, a su juicio, el Estado es "partidista" al "no haber separación de poderes".

La secretaria general de ERC, Marta Rovira, advirtió que se concentrarán "cuando haga falta" para defender a los electos que, a su juicio, "implementan el mandato democrático del 27-S".