El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, pidió hoy ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas un esfuerzo de la comunidad internacional para acabar con el "flagelo" de la trata de personas en situaciones de conflicto y que consideró "la reencarnación de la esclavitud en pleno siglo XXI".

Rajoy presidió una sesión de este órgano de la ONU en la que, a diez días de que España lo abandone tras cumplirse los dos años para los que fue elegida como integrante del mismo, defendió una resolución para hacer frente a esa trata de personas y que fue aprobada por unanimidad (la 2332).

La reunión, en la que estuvo presente el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, se inició con un minuto de silencio solicitado por Rajoy por las víctimas de los últimos atentados terroristas en varias partes del mundo, como el de ayer en Berlín.

Rajoy dijo que esta sesión del Consejo era particularmente importante para España no solo por la relevancia del asunto tratado en ella, sino por ser la última sesión que organiza como miembro no permanente del Consejo de Seguridad.

Para él, la trata de personas, además de constituir una clara agresión a la dignidad humana, representa una amenaza a la paz y seguridad internacionales en situaciones de conflicto y en determinados contextos de terrorismo.

"Representa la reencarnación de la esclavitud en pleno siglo XXI", subrayó el presidente del Gobierno, quien consideró que las víctimas de estas prácticas, la mayoría mujeres y niños, requieren una respuesta urgente y, en particular, del Consejo de Seguridad de la ONU.

Rajoy explicó que España proponía hoy un cambio de paradigma: "El reconocimiento de que los sistemas judiciales nacionales pueden quebrantarse en situaciones de conflicto y que, en esas circunstancias, se hace necesaria la acción del Consejo de Seguridad". De ahí la propuesta de la primera resolución en la historia del Consejo sobre este asunto.

Con este debate señaló que se inicia una reflexión profunda sobre lo que puede aportar el Consejo para denunciar la trata de personas en conflicto y las situaciones de explotación a la que esta conduce.

También plantea explorar vías para reforzar el marco normativo en materia de sanciones, flujos financieros, protección y asistencia a las víctimas, así como articular una estrategia más eficaz en la lucha contra la trata en conflicto.

Para Rajoy, la respuesta de la ONU a este "flagelo" sigue estando fragmentada, y su erradicación va más allá de los esfuerzos de una región o un país concretos, de una agencia o un departamento de la ONU, y necesita el esfuerzo de todos y del Consejo de Seguridad en particular.

El jefe del Ejecutivo español señaló que la conexión entre conflictos y trata de personas no es nueva, pero la novedad es su uso como "táctica de terrorismo" y "economía de guerra" por parte de grupos como el Estado Islámico (EI), Al Shabab o Boko Haram.

Pero precisó que la trata en conflictos no se circunscribe a los contextos de terrorismo, ya que algunos como los de Irak, Siria, Libia y el Sahel están provocando el desplazamiento masivo de personas especialmente vulnerables a las redes de explotación y trata.

Rajoy recordó que España aprobó a finales del año pasado un nuevo Plan Integral de Lucha contra la Trata de Seres Humanos con fines de Explotación Sexual y en 2016 su Gobierno ha reforzado la coordinación entre las organizaciones civiles y las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado en este ámbito.

Asimismo, en el marco del desarrollo del Plan Estratégico Nacional de Lucha Contra la Radicalización Violenta, explicó que España ha diseñado una estrategia de comunicación en el ámbito del ciberespacio que incluye una contra-narrativa ante el fenómeno de la radicalización.

"En este sentido -recalcó- es esencial el seguimiento de las redes sociales con el objetivo de prevenir y tener conocimiento de aquellos contenidos de carácter radical que pudieran favorecer la trata de personas".

Rajoy estimó que los próximos cinco años representan una oportunidad histórica para situar la lucha contra las peores formas de explotación en el centro de las prioridades de la ONU.

Aunque reconoce que en determinados ámbitos se han realizado importantes avances, cree que queda todavía mucho por hacer.

En concreto, agradeció los esfuerzos de Ban Ki-moon (a quien antes de la sesión condecoró por su labor en el cargo de secretario general de la ONU que abandonará a final de año) contra la explotación y abusos sexuales y su política de "tolerancia cero" contra la violencia sexual ejercida en algunos casos por los cascos azules de la ONU.

Rajoy cerró su intervención garantizando que España apoyará decididamente todos los esfuerzos dirigidos a lograr que los responsables de la trata de personas sean llevados a la justicia y cumplan sus penas.