La Audiencia Nacional cumplió ayer cuarenta años en los que pasó de perseguir el crimen organizado, el narcotráfico y el terrorismo de ETA a investigar los grandes casos de corrupción y los procedimientos relacionados con el yihadismo.

Los atentados del 11-M, el envenenamiento masivo por el consumo de aceite de colza y las extradiciones son algunos de los asuntos más importantes de este tribunal, considerado el más mediático del país por la relevancia de los casos investigados y juzgados.

Los procedimientos contra los primeros delitos monetarios, Lasa y Zabala, Nécora, Banesto, KIO, el proceso 11/98 contra el entorno de ETA, la Gürtel o las Tarjetas Black, son algunos de las hitos más conocidos de estas cuatro décadas de actividad judicial . Por la Audiencia Nacional desfilaron presidentes de los grandes bancos, los cabecillas y terroristas más sanguinarios de ETA, narcotraficantes, estrellas de fútbol, y militares de la dictadura argentina como Adolfo Scilingo, condenado a más de mil años de cárcel por delitos contra la Humanidad.

Su actual presidente, José Ramón Navarro, rememoraba ayer que la Audiencia Nacional "surgió en unos momentos muy delicados de la Transición española" para perseguir el crimen organizado y el terrorismo así como para crear los mecanismos de cooperación jurídica internacional, algo en lo que esta institución fue "visionaria".

La propia Audiencia Nacional fue objetivo de los terroristas, quienes en septiembre de 1989 asesinaron a la fiscal Carmen Tagle.