La vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría y su homólogo catalán Oriol Junqueras constataron ayer la imposibilidad de hablar sobre el referéndum de la independencia catalana que los soberanistas proyectan convocar para septiembre. El encuentro de dos hora que Santamaría y Junqueras mantuvieron ayer en Barcelona fue infructuoso y rompe con la imagen del nuevo tiempo de relaciones que el Ejecutivo de Mariano Rajoy pretende dar desde el comienzo de la legislatura.

"No podemos negociar aquello de lo que no podemos disponer. Es una cuestión que corresponde al conjunto del pueblo español", sostuvo la vicepresidenta para justificar ante Junqueras el rechazo a cualquier negociación sobre la consulta soberanista. El Gobierno, según Sáenz de Santamaría, no tiene "capacidad de decisión" para autorizar a la Generalitat a convocar un referéndum soberanista por lo que cualquier posibilidad de acercamiento entre ambos ejecutivos debe darse en torno a otros asuntos. Antes esos argumentos, Oriol Junqueras lamentó que la vicepresidenta "ni siquiera quisiese oír hablar del referéndum, por lo que no hay ninguna posibilidad de acuerdo en esta cuestión, pero yo le he manifestado que igualmente seguiremos adelante". El segundo de Puigdemont insistió en que el Gobierno central debe ser "consciente" de que la consulta es un "compromiso imprescindible" para la Generalitat.

El fracasado encuentro, solicitado por Junqueras en noviembre pasado, se produce una semana antes de la conferencia de presidentes autonómicos, a la que Puigdemont anunció ya que no irá. Sáenz de Santamaría advirtió al vicepresidente de la Generalitat de que las 46 reivindicaciones que el presidente catalán trasladó en abril a Rajoy van a estar muy ligadas a los asuntos que se abordarán en la Conferencia de Presidentes Autonómicos. En esa reunión se iniciará el proceso para habilitar el llamado "bono social" eléctrico o los cortes de luz a personas vulnerables y la financiación autonómica, entre otros asuntos.