Hace ya meses algunos calificaron a Irene Montero como "la Soraya de Podemos" cuando su jefe, Pablo Iglesias, la citó en un mitin a finales de 2015 en la campaña para las generales del 20D como posible vicepresidenta en su hipotético Gobierno.

Ha llovido mucho desde entonces, pero Montero no ha dejado de ser un valor 'en alza', ha ido poco a poco acumulando funciones y se ha convertido en la mujer fuerte de la formación morada.

En la web de su partido Montero tiene escrita una máxima en su biografía: "Defender la alegría como un derecho: pelear, quemando el cielo si es preciso, por una vida que merezca la pena ser vivida".

Con ese lema y 29 años recién cumplidos, lleva a sus espaldas una carrera vertiginosa que la sitúa como 'segunda espada' de la tercera fuerza política del país -segunda según algunas encuestas- y con la responsabilidad de las relaciones con el Parlamento y portavoz en el Congreso en sustitución de Íñigo Errejón.

Algo nada desdeñable teniendo en cuenta el peso del 'tándem' Iglesias-Errejón que, buscado o no, era una de las marcas del partido morado.

Irene María Montero Gil (Madrid, 13 de febrero de 1988) es diputada desde la XI legislatura y jefa del gabinete de Iglesias, con quien mantiene una gran sintonía profesional, política y personal.

Licenciada en Psicología y con un máster en Psicología de la Educación (2013), Montero desprende energía, es apasionada y dura en la defensa de sus argumentos, también en el Congreso, donde no hay pleno en el que no se le vean los gestos y las réplicas vehementes a la bancada del PP o del PSOE.

Estudió en el colegio Siglo XXI del barrio de Moratalaz en Madrid, donde se afilió a los 16 años en las Juventudes Comunistas.

Después se implicó en las movilizaciones estudiantiles contra el Plan Bolonia y en el 15M, en 2011, año en el que llegó al movimiento que marcaría su trayectoria: la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), donde hizo bandera de su activismo contra los desahucios.

Allí coincidió con quien después, en 2014, entraría de la mano en Podemos, el abogado y hoy también miembro de la dirección, Rafael Mayoral, que sigue siendo uno de sus compañeros más cercanos.

Mayoral la define como "una persona brillante", "trabajadora incansable", con "un expediente que deslumbra" y un "profundo sentido de la justicia y la solidaridad".

Tras las elecciones del 20D, Montero tuvo un papel protagonista en las negociaciones frustradas para formar Gobierno con el PSOE, partido con el que marca distancias porque salió convencida de que los socialistas nunca se plantearon gobernar con Podemos.

Defensora de no mimetizarse con las instituciones, Montero dejó muy claro en la última asamblea ciudadana cuál es la oposición que deben ejercer a partir de ahora: "No nos tiene que gustar más la moqueta que el asfalto, ni los despachos que los descansillos de las casas donde se desahucia a la gente".

Quienes trabajan con ella codo a codo la elogian como tenaz y muy organizada: "Muy fuerte, comprometida y enormemente justa", dice de ella el diputado Juan Manuel del Olmo, otro de sus más próximos colaboradores.

Con ellos ha compartido el sinsabor de verse señalada por el cofundador de Podemos Luis Alegre como parte de un "grupo de conspiradores" con la intención de "excluir" a "todos los que no formaran parte de su pandilla".

"Sentí muchísima pena cuando lo leí, una infinita tristeza", confesó Montero tras conocer lo que calificó como "barbaridades".

Pero ya superada la tensión del proceso interno, los resultados de Vistalagre II han consolidado su posición como mano derecha de Iglesias.

La complicidad se les nota incluso cuando intercambian opiniones en sus escaños, se ve que se entienden bien, y hay quien dentro del partido incluso señala que Irene Montero es hoy una de las personas que más influye en el líder de la formación morada.

Iglesias, desde luego, no escatima en elogios para su jefa de gabinete, a la que presentó en Vistalegre II como una "psicóloga valiente" y a la que incluye en la lista de nombres que repite cuando reivindica un papel más visible para las mujeres de Podemos.

Feminizar la política es una de las prioridades que se fija Montero, quien no tuvo pelos en la lengua para tachar de "machirulo" a un diputado del PP que se encaró con Iglesias en el hemiciclo.

De este año, además, Montero se lleva la sorpresa de verse en el ránking de los 30 políticos menores de 30 años más influyentes de Europa de la revista Forbes, publicación de referencia en el mundo de las finanzas y los negocios.

Ya es, según Forbes, una de las jóvenes políticas más influyentes y a partir de ahora tendrá si cabe más proyección mediática al ejercer como la voz oficial de Podemos en el Congreso, cuando hoy la confirme en ese puesto el Consejo Ciudadano de la formación morada.

Será la única mujer entre los portavoces parlamentarios de los distintos partidos, y batallará entre ellos, seguramente, "quemando el cielo si es preciso".