El juzgado mercantil ha iniciado la liquidación de Unió tras constatar que no tiene viabilidad económica, con lo que la formación pone "punto y final" a 85 años de trayectoria, como ha admitido en una carta de despedida el secretario general, Ramon Espadaler.

El juzgado mercantil número 4 de Barcelona, que lleva el proceso concursal de la formación democristiana, ha dictado auto de inicio del proceso de liquidación, que el comité de gobierno de Unió, reunido esta tarde, ha acatado.

"La apertura del proceso de liquidación, por razón de quiebra económica y decretada por el juez mercantil, pone punto y final a nuestra trayectoria como partido político", ha escrito Espadaler en una misiva de despedida a la militancia.

El comité de gobierno de Unió da por terminado su mandato después de rescindir la totalidad de los contratos laborales, desvincular a la Fundación Coll Alentorn (INEHCA) -que plantea convertirse en partido- y garantizar la preservación del archivo histórico de la formación fundada en noviembre de 1931.

Espadaler ha remitido a la militancia la carta que "nunca habría querido tener que escribir", una misiva que da por terminada la gestión de un proceso "doloroso" de cese de actividad que ha llevado a cabo él, después de que marchara del partido el máximo líder, Josep Antoni Duran Lleida, hoy retirado de la política.

Duran dimitió después de que el partido no lograra ni un diputado en las elecciones catalanas del 27S ni las generales del 20D, en las que Unió concurrió en solitario tras divorciarse de Convergència.

La pérdida de representación parlamentaria abocó la formación a una situación económica crítica, por la caída de ingresos y una deuda que ascendía a 19 millones de euros, por lo que tuvo que acogerse al concurso de acreedores.

Espadaler reconoce que no han llegado "al final del camino como instrumento político" porque hayan caducado "los principios fundacionales" de Unió, sino por la pérdida de presencia parlamentaria, la escisión de una parte del partido para fundar Demòcrates de Catalunya y la reducción de cargos públicos.

En este contexto, el democristiano asume la "principal responsabilidad": "Es momento, y así quiero hacerlo de forma explicita, de pedir perdón a todos los que consideráis que la gestión de este proceso no se ha hecho con la celeridad, la pericia o el tacto exigibles".

Según Espadaler, la liquidación de Unió no altera el funcionamiento de los grupos municipales constituidos a raíz de las últimas elecciones locales, que podrán continuar ejerciendo sus funciones hasta el final de la legislatura manteniendo el nombre de Unió si lo desean.

El secretario general constata que "Unió ha llegado al final del camino", pero anima a los militantes a continuar defendiendo los ideales de la ya extinta formación.

Una propuesta, escribe, "desde el catalanismo" que apueste por "un nuevo marco de relaciones con España" y que, "respetando la legalidad, plante clara al inmovilismo del Gobierno central" ante el proceso soberanista.