El Estado invertirá en infraestructuras en Cataluña 4.200 millones de euros a lo largo de los próximos cuatro años. En su segunda visita a Barcelona en apenas tres días, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, abrió el frente económico, que se suma al judicial, en su intento de frenar el soberanismo en un año decisivo. El jefe del Gobierno pidió "ayuda" a los empresarios catalanes para "ganar la batalla de la moderación".

La red de cercanías absorberá la mayor parte de la inversión comprometida, 1.882 millones de euros hasta 2020 , a los que se sumarían otros 2.000 millones más en el quinquenio siguiente. La otra gran apuesta inversora del Gobierno será el Corredor Mediterráneo, una "obra vertebradora" que permitirá conectar los principales nudos logísticos, centros de producción puertos y aeropuertos de la franja. Rajoy anticipó su intención de que los tramos catalanes del corredor puedan estar terminados en la primavera de 2020.

La presentación del plan reunió ayer en Barcelona a directivos de pymes y grandes compañías españolas, como Florentino Pérez (ACS), Amancio López (Hotusa), José Luis Bonet (Cámara de Comercio de España y Freixenet), a los que Mariano Rajoy pidió ayuda para "ganar la batalla de la moderación" y "reconstruir puentes" frente a quienes quieren "desconectarse del futuro, la ley y el diálogo".

El anuncio inversor del Gobierno tuvo, en el mejor de los casos, una acogida escéptica. Las principales asociaciones empresariales de Cataluña, como la Cámara de Comercio y las patronales Foment y Pimec, mostraron su incredulidad ante un compromiso al tiempo que instaron al Ejecutivo a ejecutarlas en el plazo previsto. En el frente político catalán las reacciones fueron más ásperas. Para Junts pel Sí, Rajoy inauguró ayer "su campaña del 'no' en el referéndum de independencia" porque el plan es un "intento de comprar voluntades" con "promesas vacías". "Se trata de un anuncio con referencias a inversiones que ya han sido anunciadas y hasta presupuestadas" otros años, afirmó la portavoz del Govern, Neus Munté,

Desde Washington, segunda parada de su viaje americano, el presidente Carles Puigdemont aseguró que "la gente lo que pide es votar, esta sería la promesa y el anuncio que satisfaría a los demócratas del 'sí' y a los del 'no' que quieren resolver las diferencias como se resuelven en las democracias avanzadas".