El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, firme defensor de la candidatura de Susana Díaz al liderazgo socialista, vinculó ayer su futuro político con el resultado de las primarias del PSOE.

"Pospongo la decisión sobre qué hacer en los próximos años a lo que pase en las primarias", aseguró a los medios, que le habían preguntado qué haría si Pedro Sánchez resulta reelegido secretario general.

"Estas primarias van a determinar, y mucho, la perspectiva y la agenda personal de muchos, también de la mía", agregó.

No obstante, el barón castellano-manchego descartó que después de las primarias, gane quien gane, pueda abrirse una "escisión" en el partido; un "riesgo" que, su juicio, el PSOE sí "vivió y sufrió hace unos meses".

Más cauteloso fue el presidente de Aragón. Javier Lambán cree que el peligro de una escisión en el partido "se va conjurando", pero todavía no las tiene todas consigo, dado el "veneno" que aún ve "instalado en muchos sectores" del PSOE.

"Nunca" había "sentido tanto temor" a una escisión "como en los últimos meses", confesó.

En cambio, el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, no cree que pueda darse "ninguna ruptura" tan "dramática" como una escisión a consecuencia del resultado de las primarias y, todo lo contrario, espera que haya "capacidad de integración" tras el proceso de primarias.

Este mismo discurso lo esgrimió la secretaria general del PSOE-M, Sara Hernández, que llamó a sus compañeros a pensar en el "día después" de las elecciones internas, tal como defiende el candidato al que apoya, el exlendakari Patxi López.