El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, declarará como testigo en el juicio por la primera época de Gürtel después de que el tribunal de la Audiencia Nacional haya accedido a la tercera petición que en ese sentido ha hecho la acusación popular Adade.

El tribunal, que enjuicia la etapa de Gürtel entre 1999 y 2005, ha acordado la declaración de Rajoy por mayoría de dos magistrados contra uno, después de dos recesos y en contra del criterio de la fiscal Concepción Nicolás, la Abogacía del Estado y el PP.

Rajoy se suma así a los cerca de 300 testigos que han sido citados en el juicio. Entre ellos exdirigentes del PP como Ángel Acebes, Francisco Álvarez Cascos, Rodrigo Rato y Jaime Mayor Oreja, miembros de la actual ejecutiva como Javier Arenas, o la expresidenta madrileña Esperanza Aguirre, que comparecerá este mismo jueves.

Ahora, el tribunal tendrá que decidir de qué manera testifica el jefe del Ejecutivo, si lo hace de forma presencial ante el tribunal o por videoconferencia.

La Ley de Enjuiciamiento Criminal (LeCrim) establece en su artículo 702, a diferencia de en la fase de instrucción, en la que el presidente del Gobierno y los miembros de su Ejecutivo, entre otros cargos, deben declarar desde su despacho o su domicilio y pueden hacerlo por escrito, que una vez abierto juicio oral, "están obligados a declarar" y "lo harán concurriendo ante el Tribunal". Pero añade en el siguiente artículo que su citación "se hará de manera que no perturbe el adecuado ejercicio de su cargo".

Sea de un modo o de otro, Rajoy es el primer presidente del Gobierno central en ejercicio desde la instauración de la democracia llamado a declarar como testigo en un proceso judicial. Felipe González (en el juicio por el secuestro de Segundo Marey) y Adolfo Suárez (en el caso Banesto) testificaron siendo ya expresidentes.