Los líderes territoriales no se sentarán en la ejecutiva de Pedro Sánchez. El recién electo secretario general de los socialistas quiere que la nueva dirección tenga una "nueva estructura" y sus integrantes respondan a criterios "de valía, no territoriales". En paralelo, Sánchez asegura que buscará una ejecutiva de "integración", en la que tengan presencia todos los sectores del partido.

Los cambios derivados del resultados de las primarias comenzaron a hacerse visibles con el anuncio de que el valenciano José Luis Ábalos será el portavoz socialista en el Congreso en sustitución de Antonio Hernando, quien dimitió al poco de conocerse la victoria de Sánchez en el proceso interno. Ábalos estará al frente del grupo parlamentario durante las tres semanas que quedan hasta el 39 Congreso Federal y deberá afrontar citas importantes, como el debate de presupuestos de la semana próxima o la moción de censura de Podemos contra Rajoy. El diputado es uno de los hombres de confianza de Sánchez y se perfila como el rival potencial de Ximo Puig para pelear por el liderazgo de los socialistas valencianos. Secretario provincial del PSOE de Valencia, Ábalos animó a Sánchez recuperar la secretaría general, fue una de las personas clave de su equipo de primarias y logró que el nuevo líder arrasara el domingo en su federación al obtener el doble de votos que Susana Díaz.

Acompañado de Ábalos y de la que fuera portavoz de su candidatura, la asturiana Adriana Lastra, Sánchez volvió ayer a Ferraz para instalarse en su despacho de la cuarta planta, que nadie de la gestora llegó a usar desde que él lo desalojó en octubre. El secretario general anticipó que prepara una "nueva estructura" de ejecutiva federal más acorde con el modelo de partido que propone y que dejará fuera de la dirección federal a los líderes territoriales. Fueron esos barones, integrados en la anterior dirección como vocales, los que precipitaron la caída de Sánchez con sus dimisiones concertadas. Ahora defiende que los criterios de nombramiento de la nueva dirección sean "de valía, no territoriales" y que sus integrantes sean "referentes de cada ámbito sectorial". "Todas las sensibilidades estarán integradas" en la nueva dirección, garantiza Sánchez. Esa integración dependerá, sin embargo, del desarrollo de los congresos regionales. La designación de representantes al cónclave federal se hará con arreglo a la proporción de votos de los distintos sectores en las primarias. En Andalucía, Susana Díaz se resiste a aplicar la fórmula.

Aunque Sánchez, quien todavía no ha recibido la felicitación de Rajoy por su elección, insiste en que los presidentes y gobiernos autonómicos del PSOE tendrán su apoyo, no descarta relevos en los congresos regionales de julio, porque respetará, advertía ayer, "lo que decida la militancia". El nuevo secretario general tiene todavía pendiente conversar con los barones que contribuyeron a su caída, entre ellos el castellanomanchego Emiliano García-Page, quien tomará una decisión sobre su futuro político después del congreso de junio.