El presidente catalán, Carles Puigdemont, encabezó ayer una reunión del consejo ejecutivo de su partido, el PDeCAT, un día después de anunciar su intención de convocar una consulta secesionista para el 1 de octubre. En su intervención apeló a los catalanes, para que ese día elijan "entre dignidad e imposición". Más concreto, el líder de la formación, Artur Mas, puso el acento en la participación. Es "muy importante", advirtió, que sea superior a la que registró el 9-N.

Es "lo que dará todo el sentido y la legitimidad plena" a la votación del 1 de octubre, razonó Mas. En la pseudoconsulta del 9 de noviembre de 2014 votaron 2.305.290 personas, sobre un censo total de 6.300.000, es decir, un 37% de los que tenían derecho a hacerlo.

"Una participación grande dará una nueva legitimidad democrática a Cataluña", porque son ese tipo de apoyos, explicó, los "que cambian los marcos legales", abundó el exmandatario, que a renglón seguido empezó con las advertencias.

Así, a partir de ahora se les acusará de incumplir la ley y se les presentará "como insurrectos" que sacan adelante "un golpe de Estado". Expresión que a él, sin embargo, le trae al recuerdo a "Tejero, Armada, Milán del Bosch, a los que entraron, fusil y metralleta en mano, en el Congreso". Nada que ver con "urnas en Cataluña y gente pacífica".

Y a la campaña "del golpe" se sumará "la del miedo", a la que él, en cambio, quiere contraponer "la de la ilusión", porque es la que ha permitido, por ejemplo, "abolición de esclavitudes".

También Puigdemont apostó por la fortaleza de la ciudadanía para conseguir la celebración de la consulta: mientras a los políticos se los puede "inhabilitar, suspender, amenazar y querellar", reconoció "a todo un pueblo movilizado no le podrán hacer ni cosquillas". "Con este proceso se acaba el momento del protagonismo principal de la política y llega el de la ciudadanía", dijo el presidente catalán, apelando de nuevo a los votantes y, entre ellos, a los contrarios a la consulta: que tengan "la honestidad de mirar a los ojos al pueblo de Cataluña y que se atrevan a decirle que no tiene derecho a decidir su futuro".

Desde Valladolid, mientras tanto, el coordinador general del PP, Fernando Martínez Maillo, contestó a Puigdemont que la "única respuesta" a la pregunta secesionista de los independentistas catalanes es que "no habrá referéndum", pues es completamente "inviable e ilegal", por lo que "no sucederá".

Ciudadanos avisó, por su parte, que Puigdemont "no puede pisar el Estatut, la Constitución ni los derechos de los ciudadanos".