Durante la larga madrugada del maratoniano Congreso Federal del PSOE estaba previsto que se sucediesen las negociaciones territoriales para distribuir los integrantes del Comité Federal, máximo órgano entre congresos del partido. Y este asunto causaba inquietud entre las delegaciones a la hora del cierre de este periódico.

En la comitiva asturiana nada se sabía de cómo se designaría a los integrantes de este órgano (ni cuántos en total lo formarían). A última hora de ayer, los javieristas se quejaban de que aún no conocían si habría un reparto equitativo de los asturianos en el Comité Federal (cinco, según estas fuentes). Los javieristas habían intentado contactar con Adriana Lastra, cabeza de la delegación y al filo de la medianoche aún no habían tenido respuesta sobre si los sanchistas coparían todos los representantes o se haría reparto en función de algún criterio.

Dirigentes sanchistas aseguraron que no se había producido una distribución por cuotas en el anterior congreso federal, entre partidarios de Pedro Sánchez y de Eduardo Madina. Otras fuentes de la FSA señalaron que si bien no se había distribuido así la representación en el máximo órgano entre congresos del partido, sí se habían aplicado "criterios territoriales o sindicales" que a la postre habían permitido la entrada de los partidarios de Madina.

Los delegados javieristas daban por hecho la posibilidad de que los sanchistas se llevasen todos los puestos. "Sería una mala señal para lo que se espera en Asturias; mala señal para lo que espera con la vicesecretaria general", señalaron fuentes javieristas de la delegación asturiana. "Cómo se resuelva eso será un buen termómetro", abundaron.

El plazo de negociación se extendía hasta las seis de la mañana de hoy. En caso de que no hubiese ningún acuerdo, los que fueron partidarios de Susana Díaz tendrían la opción de presentar una candidatura de confrontación, pero ayer no eran esos los ánimos.

Una nueva etapa

En todo caso, el Comité Federal ya no será más un órgano con suficiente poder como para forzar la dimisión de un secretario general, como ocurrió el 1 de octubre del pasado año. En el congreso de ayer se aprobó una enmienda que establece que un tercio del Comité Federal sea elegido directamente por los militantes, mientras otro tercio lo elige el propio Congreso Federal, y el tercero los Congresos Regionales. Ayer había dudas de si el sistema de elección ya entraba ahora en vigor.

El otrora susanismo arrojó ayer la toalla. Apenas calentó debate en las ponencias a la hora de discutir las enmiendas y los dirigentes que se habían alineado con la presidenta andaluza participaron sin demasiado entusiasmo en un cónclave que sirvió para sellar una nueva etapa del PSOE: aquella en la que el partido queda plenamente rendido a los criterios de Pedro Sánchez.

Descompuesto prácticamente el movimiento que respaldó a Susana Díaz, cada territorio se prepara ante las batallas regionales que se avecinan, donde los partidarios del secretario general tratarán de arrebatar el poder a los que fueron susanistas. Es la hora de replegarse a los cuarteles de invierno y tratar de salvar los muebles allí.

En medios socialistas se da por hecho que Pedro Sánchez impulsará al alcalde de Burjassot, Rafa García, como alternativa a la candidatura del secretario general valenciano, Ximo Puig. Otro tanto se espera en Aragón, donde la sanchista Susana Sumelzo puede competir con Javier Lambán por el poder territorial.

En Asturias todo parece indicar que también habrá confrontación: los sanchistas asumen que con su resultados de las primarias en Asturias tienen allanado el asiento de la secretaría general, a la que Javier Fernández ya ha anunciado que no optará. Pero los javieristas preparan una candidatura alternativa.

El presidente extremeño Emiliano García-Page tenía previsto revelar tras el congreso qué hará en el futuro y si opta a un nuevo mandato en su federación. En Andalucía, en cambio, no se prevé que Susana Díaz tenga contrincante en las primarias. Sería el único reducto de la posible oposición interna a Pedro Sánchez.