Luis Bárcenas comparecerá hoy ante la comisión del Congreso que investiga la supuesta financiación ilegal del PP, pero no tiene pensado abrir la boca, para no arriesgarse a perjudicar su estrategia de defensa en los casos en los que está incurso: el de la trama Gürtel, que ya está enjuiciándose, y el de los papeles que llevan su nombre, por el que aún no se ha sentado en el banquillo de los acusados.

Los trabajos de la comisión empiezan así con el más clamoroso silencio, y abonando la hipótesis de que el partido tiene un pacto con Bárcenas; un pacto del que serían una muestra las comparecencias de la pasada semana, en el juicio del "caso Gürtel", de cinco ex altos cargos del partido, la cúpula de la era Aznar -todos ellos, además, exministros-, que descargaron cualquier posible responsabilidad en el extesorero Álvaro Lapuerta, que no puede ser procesado a causa de su "demencia sobrevenida".

Esta comisión ha centrado buena parte de la batalla política en el Congreso, con toda la oposición unida frente al PP.

El PSOE, Podemos y C's y otros partidos han acordado con su mayoría los trabajos y las comparecencias, y el PP se ha quedado solo pidiendo limitar el periodo y el objeto a investigar, aunque no descarta recurrir al Constitucional con esta demanda.

Como represalia, el PP se ha valido de su mayoría absoluta en el Senado para promover otra comisión que investigará las finanzas de todos los partidos.

Bárcenas está citado a las diez de la mañana: su presencia es obligatoria, según la ley. El formato de su comparecencia es monográfico, con lo que cada grupo dispondrá de veinte minutos para formularle todas las cuestiones que deseen y que previsiblemente quedarán sin respuesta.

Sin embargo, los portavoces de los grupos no piensan desaprovechar su oportunidad, y formularán las preguntas a Bárcenas esperando su contestación; si ésta no llega, echarán mano de lo que el propio extesorero ha venido afirmando sobre la caja B del PP en los últimos años en entrevistas o en comparecencias judiciales, en un intento de provocar a un hombre de carácter imprevisible.