De Luis Bárcenas se esperaban ayer sólo silencios en la primera sesión de la comisión parlamentaria que investiga la presunta financiación ilegal del PP. Así lo había anticipado el extesorero del PP para salvaguardar su defensa jurídica en aquellas causas por las que ya se sienta en el banquillo, como la primera etapa de la Trama "Gürtel", y las que todavía le esperan. Sin embargo, Bárcenas entró, a veces en tono desafiante, al debate político con los portavoces de los grupos para dar réplica a aquellas afirmaciones que no resultaban de su agrado.

Fue una comparecencia de dos horas y media, rodeada de una gran expectación pero con nulos resultados prácticos, que llevaron a miembros de la comisión a lamentar que se hubiera pedido la comparecencia del extesorero.

Bárcenas escuchó sin contestar la mayoría de las preguntas, formuladas en ocasiones con dureza, de los parlamentarios. Su silencio sólo se rompió con algunas réplicas cortantes a quienes le interpelaban. Ante los reproches de Toni Cantó por su actitud desdeñosa instó al representante de Ciudadanos a "no actuar como si estuviese en una obra de teatro", a lo que el diputado y actor le respondió: "Y usted como si estuviera en el salón de una película de vaqueros". Al escuchar a la socialista Isabel Rodríguez afirmar que los jueces califican al PP de organización criminal, Bárcenas puntualizó que "no es el juez, son ustedes los que dicen eso". Joan Tardá, de ERC, instó al compareciente a pedir perdón "por atentar contra la democracia". "¿Por qué tengo yo que pedir perdón?", contestó airado el extesorero, añadiendo una mención al exconseller de Gobernación de la Generalitat Jordi Ausàs, de ERC, condenado a cuatro años de cárcel por contrabando de tabaco.

Ante Irene Montero, de Podemos, sostuvo que percibía 20.000 euros al mes del PP por su "valía", lo que, unido a sus negocios, le permitió tener una posición "muy, muy holgada". Aludió "al señor Monedero y los fondos que recibieron de Venezuela" para reforzar una de sus líneas principales de defensa: nunca se llevó nada de las cuentas del PP. Bárcenas insistió en desvincular el presidente del Gobierno de sus actividades no declaradas ("nunca usé el nombre de Rajoy en vano") y negó haberle entregado sobres procedentes de la "caja B" para completar sus emolumentos oficiales. También quiso salvaguardar a sus antecesores en la tesorería del partido. Reprochó a la comisión que llamara a comparecer "a dos tesoreros que no tienen capacidad mental para declarar en este momento y a un tercero que no tenía ninguna responsabilidad con los hechos que están ustedes relatando". Sin nombrarlos, Bárcenas aludía a Álvaro Lapuerta y a Rosendo Naseiro, como incapacitados, mientras que el tercero sería Ángel Sanchís. La alusión a la supuesta incapacitación de Naseiro guarda relación con la defensa de Bárcenas en la causa "Gürtel". El testimonio del extesorero del PP -cuyo apellido está unido a otro sonado proceso por financiación ilegal- en la vista oral arruinó la justificación de Bárcenas de que una parte de los millones de sus cuentas de Suiza procedían de negocios con piezas de arte realizados a media con Naseiro, algo que éste negó.

Los grupos de la comisión coincidieron en que los silencios del antiguo responsable de las finanzas dejan constancia de un pacto con el PP. Los populares rehusaron ayer preguntar a Bárcenas porque cuestionan la legalidad de una comisión, que llevarán ante el Tribunal Constitucional, que abre una "causa general" contra su partido y cuya conclusiones "están ya escritas".