El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, trató ayer de mostrar la máxima determinación y firmeza frente al proceso insurreccional emprendido por el Parlamento catalán: "No renunciaré a nada para impedir que los independentistas liquiden de un plumazo el modelo de convivencia" establecido por la Constitución, dijo. El jefe del Ejecutivo lanzó esta dura advertencia durante la lectura de una declaración institucional tras la que no admitió preguntas.

"Nadie va a vacilar a la hora de cumplir con su deber. La democracia responderá, lo hará con firmeza, con aplomo, con serenidad y con dignidad", proclamó Rajoy, quien desgranó las iniciativas legales de su Ejecutivo para suspender las leyes y disposiciones adoptadas por los independentistas desde el pasado miércoles.

Rajoy, quien sentenció que "lo que no es legal no es democrático", se proclamó consciente de sus "obligaciones" ante "la gravedad del momento" que vive Cataluña, a causa de las "autoritarias" medidas tomadas por los diputados secesionistas, que calificó de "espectáculo deplorable" y valoró como ""uno de los mayores golpes que han sufrido las instituciones catalanas en toda su historia".

El líder popular envió asimismo un mensaje de tranquilidad a los ciudadanos que residen en Cataluña y de apoyo a los funcionarios que desempeñan su labor en esa comunidad autónoma. Rajoy les instó a que "estén tranquilos" porque "nadie les puede obligar a hacer nada ilegal", ya que, dijo, si bien la ley les obliga, "también les protege y les defenderá frente a cualquier arbitrariedad".

Poco antes, el presidente del Gobierno se había entrevistado en Moncloa con el líder del PSOE, Pedro Sánchez, quien le reiteró "todo su apoyo" para defender el Estado de Derecho, según explicó poco después en el Congreso la "número dos" socialista, la asturiana Adriana Lastra. La dirigente socialista precisó que lo único que pide el PSOE a Rajoy es "proporcionalidad" y "mesura" en sus actuaciones, a la vez que acusó a la presidenta del Parlament de burlarse de los ciudadanos, con "autoritarismo y mala fe", al retorcer "hasta el extremo" las reglas para "impedir el debate". Por la tarde, Rajoy se entrevistó con el líder de Ciudadanos, Albert Rivera.