El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, visitará este martes la Casa Blanca para mantener su primera reunión de trabajo con el presidente de EEUU, Donald Trump, que se centrará en las relaciones bilaterales y en asuntos internacionales como los ensayos nucleares y balísticos de Corea del Norte y la crisis institucional en Venezuela.

La visita de Rajoy a Washington, que se está planeando desde la primera conversación telefónica que mantuvieron ambos, se produce finalmente en vísperas del 1 de octubre, la fecha en la que la Generalitat de Cataluña pretende celebrar un referéndum independentista.

Este domingo, la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, aseguró que el secretario de Defensa de Estado Unidos, James Mattis, le transmitió "un mensaje muy claro de apoyo al Estado español y a la defensa de la democracia" durante su encuentro en el XXII Foro España-Estados Unidos del fin de semana.

Con todo, fuentes de Moncloa aseguran que la situación de Cataluña no está en la agenda del encuentro con Trump y que, además, todos los socios internacionales de España tienen desde hace tiempo una posición clara y sin fisuras, en el sentido de que se trata de un asunto interno de España que debe tratarse con respeto a la ley y al marco constitucional español.

Y además, destacan que esta visita es muy importante en sí misma, por la envergadura de las relaciones bilaterales, así que trasciende con mucho la coyuntura actual en España. En Moncloa consideran "excelente" el trato que el Gobierno de EEUU va a dar a la delegación española: alojamiento en Blair House, la residencia oficial de los invitados del presidente; firma en el libro de honor, reunión en el despacho oval, almuerzo de trabajo y posteriormente rueda de prensa conjunta de los dos mandatarios.

A diferencia de lo que es habitual en visitas de este tipo, en esta ocasión Rajoy viaja a Washington solo para reunirse con Trump en la Casa Blanca, no tiene nada más en agenda y estará de vuelta en Madrid el miércoles. Rajoy tiene previsto llegar a la base estadounidense de Andrews este mismo lunes por la noche.

La prioridad de la cita son las relaciones bilaterales, políticas, económicas, comerciales y de defensa. Rajoy ya visitó la Casa Blanca en enero de 2014 para reunirse con Barack Obama, pero en el Gobierno destacan que, mientras entonces España estaba iniciando su salida de una grave recesión, ahora la economía crece a tasa superiores al 3 por ciento.

Junto al crecimiento económico, el Gobierno español se presenta en Washington con el 'activo' de una relación bilateral en materia de Defensa que es muy valorada en Washington y que incluye la cesión del uso de las bases de Rota (Cádiz) y Morón (Sevilla). España, como todos los miembros de la OTAN, mantiene el compromiso de elevar hasta el 2 por ciento del PIB el gasto en defensa en el horizonte de 2024, una petición en la que ha insistido mucho el Gobierno norteamericano.

No se espera ningún roce

El Ejecutivo no espera ningún roce con el nuevo mandatario de Estados Unidos, tampoco a cuenta del libre comercio del que Rajoy es firme partidario. La relación entre los dos países, aseguran las fuentes, es muy sólida, y añaden que entre socios y amigos cuando hay "matices" o diferencias se hablan "con lealtad".

En el plano económico, Estados Unidos es el primer destino de las exportaciones españoles fuera de la Unión Europea, el sexto cliente y el quinto suministrador de bienes. El comercio bilateral ascendió en 2016 a 23.344 millones de euros, con déficit para España de 1.688 millones. Ambos países tienen interés en potenciar la relación económica.

En cuanto a la inversión, en 2015 Estados Unidos fue el segundo destino de inversiones españolas, que han alcanzado un stock de 60.259 millones de euros y sostienen 96.000 empleos. Estados Unidos es el primer inversor en España, con un stock en 2015 de 50.046 millones de euros. La inversión española está muy concentrada en el sector financiero, pero también abarca sectores como el transporte y la energía y el Gobierno considera que aún hay más oportunidades para empresas españolas.

Junto a las relaciones bilaterales, Trump y Rajoy tendrán ocasión de abordar el escenario internacional, empezando por las pruebas nucleares y balísticas de Corea del Norte. En este asunto, señalan las fuentes, España y Estados Unidos están completamente de acuerdo.

La posición española la reiteró el ministro de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis, la semana pasada en la ONU. Dastis calificó los ensayos como "una de las principales amenazas para la paz internacional" y pidió a Pyongyang "que abandone una senda que lleva sin remedio al aislamiento político y económico del país" y abran "el camino a negociaciones" para la desnuclearización de la península.

Otro asunto de interés común, y donde el Gobierno español es muy activo, es Venezuela. Dastis volvió a pedir al Gobierno de Nicolás Maduro que, "en el marco de los esfuerzos regionales", lleve a cabo "un verdadero diálogo con la oposición" que respete su marco constitucional, la separación de poderes y los derechos humanos, y que lleve a la liberación de todos los presos políticos, a elecciones libres y al fin de la crisis humanitaria.

Los dos países son también firmes aliados en la lucha contra el yihadismo y España forma parte de la coalición contra DAESH en Irak. La última vez que Rajoy y Trump hablaron por teléfono, el pasado agosto, fue cuando el mandatario estadounidense transmitió sus condolencias por los atentados de Barcelona y Cambrils.

Ambos habían hablado también tras la victoria de Trump en noviembre de 2016 y, posteriormente, en febrero, cuando ya había tomado posesión. Además, se vieron brevemente en dos cumbres internacionales: en la reunión de líderes de la OTAN en mayo y en la del G20 en julio en Hamburgo (Alemania).