Cada vez son más los edificios de Oviedo en los que las banderas de España cuelgan de sus ventanas. Cada día que pasa y se aproxima el 1-O aumenta la cifra de quienes reivindican su españolidad. Sin más. Éste es el caso del doctor Miguel Ángel Aldecoa, para el que poner la bandera de España en su casa no es algo coyuntural, ya que lo viene haciendo desde hace años. ¿Por qué? "Porque estoy orgulloso de ser español, y siento una sana envidia cuando voy a Estados Unidos a ver a mi hijo y veo ondeando en muchas casas sus banderas; igual que en Suiza y en otros países, pero esto en España mucha gente no lo entiende".

El doctor Aldecoa tiene 86 años, fue primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Mieres, cuando los concejales eran servidores públicos que no cobraban, y ahora se alegra de que con el problema de Cataluña muchos ovetenses decidieran colgar la bandera de España de sus ventanas, "porque hay que hacerlo en momentos como éste, no sólo cuando juega la selección española de fútbol".

Un caso similar es el de Luis Argüelles. En su casa la bandera de España y la Virgen de Covadonga están tan presentes como las fotos de sus abuelos y forman parte de su vida. "Poner la bandera es la única fórmula de pataleta que nos queda. Personalmente adoro Cataluña, pero ya me pilla en unos años que me cuesta decir Lleida y Girona. Es un garrafal juego político, porque con tal de gobernar, se fue dando más y más; cosa que pedían se concedía y no hay territorio más descentralizado en toda Europa que Cataluña, y si la perdemos, España perderá y Cataluña perderá".