No pudo estar mejor hilvanado: la Escola Univers, en la plaza John Lennon. Imposible no recordar "Imagine", una de sus canciones más celebradas, fetiche musical de utopías y causas perdidas.
Por eso, aunque "Imagine" no sonó ayer por la megafonía exterior de la Univers, a nadie le hubiera sobrado escucharla. Corearla es otra cosa. Y cantarla, también. No era el día: se necesitaba algo más solemne y menos sutil: nacionalismo disfrazado de abrazo ecuménico.
La música alegre del 1-O la pusieron los cánticos de "votarem, votarem", imprescindibles para no aburrirse después de tres horas de cola. Y la triste, la Guardia Civil y la Policía, que se comieron el marrón que los Mossos les dejaron a las fuerzas de Madrid.
En Gràcia, Lennon habría celebrado, cómo decirlo... la música de la movilización, pero no su letra. Cualquiera puede apreciar la música, pero la letra, a muchos, se les atraganta. Y una canción sin letra...
