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Un paso atrás sería un avance

El veterano político Noel Zapico asegura que el conflicto sólo saldrá del "círculo diabólico" si el independentismo retrocede hacia la ley

Noel Zapico sigue la intervención de Mariano Rajoy. MIKI LÓPEZ

"Nunca daremos un paso atrás", proclamó Joan Tardà para dejar en alto su última intervención ante el pleno del Congreso. Y ahí el instinto de político veterano de Noel Zapico despertó a la voz de la experiencia. "Tengo algunos años, he vivido muchas tensiones y sé que en la vida, y sobre todo en la política, nunca se puede decir 'esto no lo haré jamás'. Porque a veces vienen las circunstancias y te obligan". Zapico (La Roza, Langreo, 1936), que en los años que rodearon a la Transición las vio de todos los colores, que fue presidente del Consejo Nacional de Trabajadores, procurador en Cortes, ponente de la Ley para la Reforma Política o director general en el único gobierno autonómico del PP, creía que lo había visto todo hasta que este año se le reveló Cataluña. Tardà, portavoz de Esquerra Republicana, "sabe lo que dice, no es ningún ignorante", pero justo en este punto, Zapico le corregiría con la convicción de que es precisamente un paso atrás lo que el conflicto necesita para "salir del círculo diabólico en el que estamos metidos".

Un paso atrás para reiniciar el proceso a través del diálogo, un paso atrás que significa "aceptar la convivencia con la ley". Al parlamentario que fue Noel Zapico le agradó ayer la postura que a este respecto apuntaló el presidente del Gobierno desde "una dialéctica imbatible" y un discurso al que "no le faltaba nada", con el que "es difícil estar en desacuerdo" por su defensa del diálogo dentro de los márgenes que traza la ley. Le gustó sobre todo que "con ironía, finura y respeto" Rajoy se afanara ayer en el desmontaje de aquella supuesta "independencia de cuento de hadas" que ha resultado no ser "pacífica ni gratuita, que no será reconocida por Europa y ahora todo el mundo sabe que tiene costes muy elevados".

El "ahora, ¿qué?" se responde atisbando "un síntoma" en "un debate parlamentario más sosegado", con Margarita Robles y el PSOE "en su sitio", con un Pablo Iglesias "más respetuoso menos chillón y descalificador que otras veces", con un calendario que ha activado una expectante cuenta atrás hacia las diez de la mañana del lunes. El presidente catalán debe responder a la pregunta "habilidosa" de Rajoy sobre el estado real de la desconexión catalana y ahí atisba Zapico uno de los momentos llamados a decidir el futuro. Sostiene que si esa réplica "fuera satisfactoria, es decir, que no se ha declarado la independencia, es evidente que la tensión y el planteamiento político habrá girado 180 grados". Si la respuesta es un sí, y sobre todo si de ahí al próximo jueves Carles Puigdemont no se aviene al requerimiento de retorno a la ley, Noel Zapico no encuentra obstáculo en la apertura del mecanismo previsto en el artículo 155 de la Constitución. "No es ilegal", precisa, y "otros países con una larguísima trayectoria de historia democrática han aplicado dispositivos similares".

Dice esto una vez que ha dejado sentado que toca "buscar hasta la extenuación las fórmulas políticas", pero que tampoco conviene dejar que el enfrentamiento se enquiste. "La cuestión no se puede alargar mucho", subraya. "El país no puede seguir empantanado en el ridículo, el escándalo y el comportamiento de una parte de la sociedad catalana". Allí, a fuerza de "esperpentos" y "adefesios" perpetrados en nombre de la democracia, de un conato de referéndum en el que "un amigo me dijo que había votado ocho veces", también hay quien "ha llegado a tal extremo de cansancio y hastío que está deseando que se tome una medida como la de la suspensión de la autonomía, que repito que no es ilegal".

Antes de cerrar el argumento volverá la voz de la experiencia para recordar que sólo el paso atrás puede reconducir la cuestión. Que no se descarta que el independentismo esté tensando para "esperar hasta el último momento", o que tenga "un programa para negociar a partir del retorno a la senda legal". Que nunca ha pasado nada por rectificar: "Vamos a ver si en este tiempo, con el Día de la Hispanidad por el medio, entramos en razón y damos un paso atrás. No es nada humillante llegar a la conclusión de que uno se ha equivocado y asumir la realidad. Un político que asume sus errores más que disminuir crece".

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