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La duda contra la desinformación

La desestabilización que provocan las noticias falsas

La duda contra la desinformación

Internet se ha convertido en el nuevo campo de batalla, en el nuevo caballo de Troya desde el que manipular, transformar e influir en el tablero mundial. Un instrumento eficaz y rápido capaz de distorsionar la verdad y dividir en beneficio de unos pocos.

Un contexto nada esperanzador que tiene a Rusia como principal instigador y al que se dirigen todas las medidas que estados y organismos internacionales intentan implementar para frenar campañas de desinformación que ya tuvieron éxito en el "Brexit", en la campaña electoral que encumbró a Trump a la presidencia de EE UU, en las elecciones alemanas y que ahora buscan acomodo en el conflicto catalán. Las alarmas han saltado desde la Comisión Europea y desde la propia OTAN, que advierte del peligro de "desestabilización" de las noticias falsas que emanan desde medios en la órbita de Kremlin.

"El español ya se enseña como idioma extranjero en Cataluña", "Altos funcionarios de la UE apoyan que se emplee la violencia en Cataluña" o "El nuevo mapa de Europa. ¿Quiénes apoyan la independencia de Cataluña" son algunos de los titulares que recientemente han encabezado crónicas en periódicos y portales rusos.

Textos que convenientemente manipulados han surcado las redes sociales con el avieso objetivo de debilitar y confundir para construir un contexto proclive a los intereses rusos. Un método que el Kremlin conoce bien y que con anterioridad ha utilizado con éxito en Ucrania o las repúblicas bálticas.

Ahora el escenario es otro, pero el fin el mismo: desestabilizar a Europa. Ante esta nueva amenaza, que se alimenta de la desinformación, las medias verdades o las falsedades más flagrantes, la Unión Europea ha reaccionado, aunque queda por ver si con la necesaria contundencia y eficacia. Un grupo de trabajo empezó en septiembre a recopilar y publicar en una página web ejemplos de la manida "posverdad".

Recientemente, la comisión de Exteriores del Parlamento Europeo aprobó una resolución que denunciaba la creciente presión de este tipo de propaganda sobre la UE procedente de Rusia e incidía en la necesidad de atajar estas prácticas con mensajes positivos, concienciación y educación.

Y, posiblemente, ése sea el mejor escudo para defenderse de la nueva estrategia no militar pero con objetivos políticos claros: debilitar y desestabilizar, agravando divisiones o creando unas nuevas; muchas veces artificiales. Ante este nuevo orden de la desinformación en la era digital debemos plantearnos la duda como el mejor instrumento de desintoxicación. Dudar de todo y de todos para que las noticias falsas o las medidas verdades (igual o más perversas) no nos impidan conocer la auténtica realidad que permita debatir, cuestionar y criticar lo que nos cuentan. La duda por encima de todo.

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