Mariano Rajoy prometió ayer en el Congreso que en las elecciones catalanas del 21 de diciembre se podrá votar con "plena libertad". El presidente del Gobierno rechaza así dar crédito a la amenaza de una posible injerencia de las redes de desestabilización rusas, que se dejaron sentir en las semanas posteriores al referéndum ilegal del 1 de octubre.

En la sesión de control al Gobierno en el Congreso, Rajoy aseguró al líder de Cs, Albert Rivera, que la democracia cuenta con instrumentos suficientes para garantizar que el proceso electoral se desarrolle con normalidad.

Previamente, Rivera había advertido el jefe del Ejecutivo que todos los nacionalistas antieuropeos van a trabajar para que las elecciones del 21-D no se celebren con "garantías y seguridad".

Por esa razón instó a Rajoy a aclarar qué piensa hacer para evitar el "hackeo y los sabotajes" desde territorio ruso de los que, según Rivera, ha avisado el propio ministro de Exteriores, Alfonso Dastis.

Rajoy reconoció que ha habido injerencia de las redes rusas en otros países y en otros procesos electorales, pero se vio obligado a recordarle a Rivera que las decisiones que se toman para preservar la plena libertad de voto en unos comicios "no se cuentan antes de tomarlas".

Dicho lo cual, pidió a Rivera que "confíe" en la legalidad española.

La vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, mantuvo el habitual rifirrafe con Podemos, partido al que acusó de ser la "comparsa" de los independentistas. Es más, se declaró convencida de que la ruptura del pacto con el PSC en el Ayuntamiento de Barcelona es un "pago anticipado" para poder estar en el gobierno de la Generalitat. "Quieren liderar el bando de los independentistas", le dijo al portavoz de En Comú Podem, Xavier Domènech.