El cardenal arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, negó ayer "categóricamente" que en su intento de mediación entre el Gobierno catalán y el español antes de la Declaración Unilateral de Independencia se hubieran producido amenazas de violencia por parte del Estado. Pese a esos desmentidos, la denuncia de la secretaria general de ERC, Marta Rovira, de que por parte del Gobierno hubo avisos de la posibilidad de que se produjeran "muertos en las calles" si el Govern seguía adelante con su propósito de declarar la independencia, se convirtió en el principal eje argumental del secesionismo. El expresidente Puigdemont, huido en Bruselas, se sumó a esa línea al escribir en Twitter que "un Estado que tenía como confidente policial al cerebro de los atentados de Barcelona no tiene límites" y "es capaz de todo".

En un escueto comunicado emitido por el Arzobispado de Barcelona, el cardenal Omellla desmiente "las noticias aparecidas en diversos medios de comunicación sobre las informaciones de violencia de Estado, en caso de que el gobierno de la Generalitat hubiese hecho una Declaración Unilateral de Independencia". El desmentido de Omella se suma al de otros de los mediadores, como el lehendakari Iñigo Urkullu, quien también negó que se hubieran producido las amenazas denunciadas por Rovira. Sin aclarar sus fuentes, la secretaria general de ERC aseguró que el Gobierno "amenazó" por "múltiples vías" con enviar al Ejército y con "muertos en las calles" si el Govern seguía adelante con la declaración de independencia, lo que anticipaba un escenario de "violencia extrema" que "no estábamos dispuestos a asumir".

El expresidente de la Generalitat cesado, Carles Puigdemont, se sumó ayer a lo dicho por Rovira. En un tuit en su cuenta oficial, Puigdemont escribe: "La estrategia del miedo siempre se acompaña de violencia". "Nuestra estrategia es de esperanza y por tanto de paz. Un Estado que tenía como confidente policial al cerebro de los atentados de Barcelona no tiene límites. Ya sabemos que es capaz de todo", añade el destituido presidente de la Generalitat.

También la CUP

En una línea similar a la de Puigdemont y a la de ERC, el cabeza de lista de la CUP, Carles Riera, aseguró ayer que a su partido le consta que los "servicios de inteligencia" preveían "la posibilidad de, incluso con la colaboración de grupos de extrema derecha, generar conflictos violentos y acusar a la CUP" de esos episodios. "Uno de los escenarios" previstos por el Gobierno ante la proclamación efectiva de la república catalana era "facilitar" que se dieran "fenómenos de violencia" y culpar de ellos "a la izquierda independentista". El procedimiento "no es nuevo" en los Estados "autoritarios y despóticos", afirmó Riera.

La CUP concurre a las elecciones de diciembre con la expectativa de consolidar la República catalana y hacerla efectiva con la puesta en marcha de un proceso constituyente. "Aunque había muchas opciones de boicotear las elecciones, finalmente hemos decidido concurrir y ganarlas para que el triunfo electoral del independentismo sea un paso más para echar al Estado español de nuestro territorio a todos los niveles", afirmó el cabeza de lista de la formación anticapitalista ayer durante la presentación de sus candidaturas.