Aterrizar con vientos de 70 km/h y que todo transscurra dentro de la normalidad no es fácil. Eso es lo que pasó y lo que logró el pilotó de un Airbus 321 en el aeropuerto de Madrid-Barajas.

El viento irregular pone a prueba la pericia de los pilotos, y el de este aparato consigue tomar tierra sin mayores incidencias, pero en una maniobra no exenta de dificultades.