Los resultados de las recientes elecciones catalanas del 21-D, sumados a las últimas encuestas, hacen que Podemos esté atravesando uno de sus momentos más difíciles desde que el 17 de enero de 2014, ayer hizo cuatro años, irrumpió en la escena política con la voluntad de romper el bipartidismo y "tomar el cielo por asalto" para "la gente" y contra "la casta" . Lo primero lo consiguió, en unión de Ciudadanos (Cs), pero lo segundo se está haciendo esperar y dos sondeos publicados el pasado fin de semana le rebejan de tercera a cuarta fuerza política, a raíz del imparable ascenso de Cs tras su victoria en los comicios autonómicos de Cataluña. Actualmente Podemos tiene 67 diputados y Cs 40.

En esa difícil coyuntura, el partido morado quiere aprovechar su cuarto aniversario para relanzarse y hacer frente a los malos augurios. "Nacimos hace cuatro años, y nos han querido dar por muertos muchas veces, pero hemos conseguido algo inimaginable", aseguró el pasado sábado el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, en un intento de levantar los ánimos de su formación durante un discurso en el que, por primera vez desde el 21-D, reconoció los malos resultados de los comunes, que perdieron tres de sus once diputados. Un revés que enlaza con la actitud ambigua que parte de la ciudadanía atribuye a los morados en la crisis institucional catalana y que se suma a la crisis abierta en el partido -pablistas contra errejonistas- en su segundo congreso (Vistalegre II, febrero de 2017) y al fracaso de la alianza con IU en las elecciones de junio de 2016, en las que perdieron un millón de votos.

Para combatir la "presión" que sienten, los morados llevan días haciendo hincapié en la importancia que tiene, a su juicio, haber ido superando, mejor o peor, los numerosos retos que se han ido sucediendo en estos ajetreados cuatro años.

"Dedicad unos segundos a pensar dónde estabais en enero de 2014. Pensad si entonces os imaginabais que nacería Podemos y que pasarían cosas como estas", instó ayer Iglesias en un mensaje difundido en las redes. El secretario de Organización, Pablo Echenique, incidió en ideas similares: "A nadie le cabía en la cabeza" que iba a surgir una nueva fuerza con capacidad para desafiar al bipartidismo, "sin financiarse con créditos bancarios" e impulsada por "gente que venía de fuera de la política". Sin embargo, le dio un quiebro particular al asegurar que Podemos es "la formación que más se parece España", por lo que si el país pasa "momentos difíciles", como es el caso, a raíz del conflicto catalán, a su partido le pasa factura.