Carles Puigdemont disfrutaría de una presidencia "legítima" en Bruselas, un reconocimiento que le otorgaría la Asamblea de Electos de Cataluña, mientras un presidente ejecutivo y efectivo, en Barcelona, sería investido por el Parlament con arreglo a la ley, es decir, sin los costes penales que ERC se niega ya a asumir.

"Suena bien", dijo ayer sobre la propuesta, adelantada por "La Vanguardia", el portavoz de ERC en la Cámara, Sergi Sabrià, sin entrar en más detalles sobre la negociación -se excusó- para no entorpecer el acuerdo. "Si decimos que suena bien es porque da todo el valor al Govern legítimo de Bruselas y lo hace compatible con acabar con el 155", explicó.

El arreglo para desbloquear la legislatura empezó a cocinarse en Bruselas este domingo en una reunión entre Puigdemont y una delegación republicana y, ayer, durante una cumbre del Grupo Parlamentario de Junts per Catalunya (JxC) en la capital belga.

Se trata de una propuesta similar a la que lanzó la semana pasada desde la cárcel el líder de Esquerra, Oriol Junqueras: Puigdemont sería un president "simbólico" y otro (u otra: la elegida podría ser su "número dos", Marta Rovira) respondería ante el Parlament después de haber obtenido su confianza.

La novedad es quién otorgaría la "legitimidad" a Puigdemont. Sería la llamada Asamblea de Electos, un órgano que integran miles de cargos públicos (sobre todo concejales, aunque también alcaldes y diputados), concebido el año pasado por los rectores del "procés" para tomar el relevo del Parlament si la institución era intervenida, como así fue, aunque la asamblea nunca llegó a cumplir el cometido para el que fue creada. En cualquier caso, el reconocimiento no tendría valor legal alguno. Y aquí es donde comienzan los problemas. Porque según lo publicado por el diario barcelonés, JxC quiere que la presidencia "legítima" de Bruselas tenga poder ejecutivo y la radicada en Barcelona, sólo "operativo", y además "Puigdemont sería el responsable máximo de ambos ejecutivos".

Como Sabrià, el portavoz adjunto de JxC en el Parlament, Eduard Pujol, informó desde Bruselas de que las conversaciones a tres bandas (con la CUP, dos de cuyos diputados también viajaron a Bruselas a escuchar de viva voz los planes de Puigdemont) "van en la buena dirección". No obstante, fue muy claro en un punto: "Presidencia hay una y será la del president Puigdemont". Más tarde, fuentes de la candidatura descartaron a "Europa Press" la fórmula de la Asamblea de Electos, y la CUP avisó: si Puigdemont deja de ser el aspirante a la investidura en el Parlament, romperá los acuerdos con JxC y ERC para votar por él.

Entre tanto, el Tribunal Constitucional admitió a trámite los recursos de amparo de Jordi Sànchez y Jordi Cuixart contra su ingreso en prisión provisional, acordado por la juez de la Audiencia Nacional Carmen Lamela el pasado 16 de octubre.