La líder de Cs en Cataluña, Inés Arrimadas, forzará la celebración de un Pleno del Parlament la semana próxima para intentar desbloquear el arranque de la legislatura, paralizada por la imposibilidad de que Carles Puigdemont sea investido a distancia, así como por su negativa a dar paso a otro aspirante.

Para ello Ciudadanos se valdrá de la prerrogativa que le garantizan sus 36 diputados, dos más de los que, según el reglamento de la Cámara, se requieren para que el plenario se celebre. Arrimadas quiere que en esa sesión del Parlament, ERC y Junts per Catalunya (JxC) den "la cara" sobre sus "tejemanejes" de las últimas semanas sobre la investidura.

La portavoz de Cs sólo renunciará a forzar el Pleno si el presidente de la Cámara, Roger Torrent, abre una nueva ronda de contactos con los partidos para encontrar a un candidato alternativo. Y sólo esperará hasta el próximo martes para llevar su petición a la Junta de Portavoces.

"Cataluña no puede estar en manos de un fugado de la justicia (Puigdemont) ni en las del abogado del fugado de la justicia", resumió Arrimadas este jueves, antes de aclarar que la sesión no sería un pleno de investidura, que sólo Torrent puede convocar, sino que sería el pleno de la "transparencia", donde todos los partidos deberían explicar su estrategia para Cataluña.

"Todos los catalanes tienen derecho a saber en un pleno lo que propone cada partido para trabajar sobre los problemas reales de los catalanes", zanjó la portavoz de Ciudadanos.