La Audiencia Nacional ha condenado a penas de entre 2 y 13 años de prisión a los ocho jóvenes acusados de agredir a dos guardias civiles y sus parejas en Alsasua (Navarra) en octubre de 2016, pero no ve en su actuación el carácter terrorista que les imputaba la Fiscalía a pesar de la "notabilísima gravedad de los hechos".

La sección primera les condena por delitos de atentado a agentes de la autoridad, lesiones, desórdenes públicos y amenazas, pero no de carácter terrorista, porque no considera acreditado que las agresiones tuviesen una finalidad de este tipo.

Familiares de los condenados han anunciado que sus abogados ya trabajan en los recursos de la sentencia, que tildan de "barbaridad". "Es una utilización de nuestros hijos e hijas con una intencionalidad política", declaró Isabel Pozueta, madre de uno de los condenados, quien anunció una manifestación de protesta el día 16 en Pamplona. Ayer se celebró una que congregó a cientos de personas en Alsasua. La sentencia también ha sido criticada por partidos como Sortu, que considera llevado al límite el castigo.

La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), en cambio, celebró que la sentencia, en la que estaba personada como acusación particular, haya acreditado "la paliza a las víctimas" movida por el odio a los agentes.

En su fallo, el tribunal aprecia las agravantes de abuso de superioridad y de odio, y considera probado que los acusados actuaron movidos por animadversión y menosprecio a la Guardia Civil y por motivos ideológicos, pero no ve ningún vínculo con ETA.

Las condenas más altas, por atentado y lesiones, son para Ohian Arnanz e Iñaki Abad (13 años), Adur Ramírez y Jokin Unamuno (12 años), y para Julen Goicoechea, Jon Ander Cob y Aratx Urrizola (9 años). A Abad y Arnánz se les condena además por desórdenes públicos. Sobre la única mujer acusada, Ainara Urquijo, recae una condena de 2 años por amenazas y desórdenes públicos.