La mayoría de los españoles rechaza realizar concesiones al independentismo catalán, y no desea que se revoquen algunas medidas adoptadas durante la crisis desatada por el referéndum del 1-O. No obstante, la opinión mayoritaria es que Pedro Sánchez será más flexible con los separatistas. El sondeo constata la polarización que existe entre la población sobre este asunto, con marcadas diferencias en función de la ideología de los encuestados.

La división se ve, por ejemplo, ante la pregunta de si el nuevo gobierno de Pedro Sánchez debería hacer ceder en algunas cosas con Cataluña para rebajar la tensión social. Se impone ligeramente la respuesta de rechazo a cualquier posible gesto, posición que adopta el 45 por ciento de los consultados, mientras que quienes consideran necesaria esa distensión suman un 42,1 por ciento. Son los votantes del Partido Popular los que más se oponen a aceptar alguna exigencia de los nacionalistas catalanes: casi las tres cuartas partes de los encuestados que votaron al PP defiende la firmeza. Este porcentaje desciende levemente entre los votantes de Ciudadanos. Aunque son mayoría (62,6 por ciento) los que se oponen a las concesiones, representan un 34,8 por ciento los que las creen necesarias.

La división sobre este asunto es muy significativa en el PSOE. Los que rechazan asumir alguna demanda (45,7 por ciento) superan por apenas cuatro puntos a los que ven necesario hacerlo (41,9 por ciento). La posición sobre esta cuestión entre los votantes socialistas se asemeja a la que se obtiene en el conjunto de los españoles. Son los votantes de Unidos Podemos los únicos ampliamente favorables a las medidas para relajar la relación con esa comunidad autónoma.

Sin embargo, la mayoría da por hecho que Pedro Sánchez será flexible con los independentistas, una opinión mayoritaria en los votantes de todos los partidos: incluso un 62 por ciento de los socialistas da por hecho esa actitud. La pregunta sobre la que los encuestados muestran gran acuerdo es la de la continuidad en prisión preventiva de los exconsellers del gobierno de Puigdemont. Más de la mitad (53 por ciento) cree que deberían continuar presos, opción que rechaza el 35,1 por ciento de los encuestados. Por partidos, son los votantes del PP los que defienden las medidas penitenciarias, y sólo los afines a Unidos Podemos las rechazan de forma mayoritaria.

La polarización queda otra vez puesta de manifiesto en el hecho de que el 43,7 por ciento de los encuestados crea que en Cataluña debería haberse mantenido en vigor la aplicación del artículo 155 de la Constitución. Un 40,8 por ciento, en cambio, veía necesario terminar con la tutela estatal. Únicamente el votante del espectro ideológico del centro y la derecha defiende su continuidad.