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Asturias saluda el gesto humanitario

Voluntarios de la región que trabajan con refugiados, satisfechos con el compromiso adquirido por las autoridades españolas con el "Aquarius"

Un miembro de la tripulación del "Aquarius" se abraza a unos niños que viajaban a bordo del buque, a su llegada, ayer, al puerto de Valencia. REUTERS

"Sólo abandonas tu hogar cuando tu hogar no te permite quedarte. Nadie deja su hogar a menos que su hogar le persiga". Las desgarradoras palabras del poeta somalí Warsan Shire ponen en negro sobre blanco el drama que viven estos días los 630 inmigrantes de 31 nacionalidades que desembarcaron, por fin, ayer, en el puerto de Valencia tras ocho días en el mar. Agustín García-Romero, uno de los impulsores de SOS Refugiados en Red desde Asturias que presta ayuda a los refugiados en Grecia, celebraba el gesto del Gobierno español. "Nos encanta que nuestro Gobierno se comprometa con los refugiados", aseguraba este profesor del IESO El Sueve de Arriondas. La rama valenciana de SOS Refugiados en Red está ayudando estos días con todas las necesidades que puedan tener los migrantes, aunque la coordinación del operativo la lleva el Gobierno autonómico.

La organización que García-Romero fundó junto a Patricia Colomo -actualmente en Atenas- está al frente del Victoria Social Center en la capital griega y ahora, además, han asumido coordinación del Squad Single Men, con cincuenta refugiados viviendo allí. Los asturianos que colaboran con ONG de apoyo al refugiado conocen de cerca las circunstancias extremas en las que viven todas estas personas y coinciden en que en este momento hace falta ayuda, fundamentalmente, para repartir comida.

Para atender las necesidades de los recién llegados a España se precisan intérpretes de francés, inglés y árabe. La lengua de Shakespeare está considerada para muchos como la llave de la libertad, pues es la que les permitirá realizar vida como cualquier otro ciudadano comunitario. "No podemos sino felicitar al Gobierno español por su humanitaria decisión", repiten estos días desde varios grupos de SOS Refugiados.

El gijonés Bruno Álvarez Contreras ha vivido desde Serbia el drama del "Aquarius", al que las autoridades italianas prohibieron la entrada en puerto. Este joven auxiliar de vuelo es uno de los fundadores de la asociación "No Name Kitchen" que da soporte a todas las personas migrantes en aquel país que viven en campamentos o en la calle, al límite. Primero estuvo en Grecia, después le llegó una información de que en Belgrado existía "una crisis muy grande" y el día que tenía que firmar un contrato laboral decidió fundar "No Name Kitchen". Cuando aterrizó junto a otras cinco personas se encontró, como ocurre en otros grandes refugios de migrantes, con que la ayuda humanitaria de grandes organizaciones no estaba permitida. Caminaron entre barracones donde había tantas personas hacinadas que "no se distinguía lo que era humano de lo que no", recuerda en joven en un vídeo colgado en su perfil de redes sociales para dar a conocer el drama de los refugiados.

Bruno Álvarez lamenta que una megaconstrucción con petrodólares de los Emiratos Árabes acabara con el último refugio de lo desplazados en Belgrado, que al fin y al cabo no eran más que antiguos barracones de tren. Su única satisfacción es cuando algunos, como los 600 del "Aquarius" ayer, alcanzan su sueño. "Cuando alguien ha intentado cruzar la frontera 35 o 40 veces, lo han querido humillar y parar, pero llega a su destino, eso hace que todo el trabajo valga la pena", concluye.

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