Alberto Núñez Feijóo no concurrirá en el proceso abierto en el PP para suceder a Mariano Rajoy al frente del partido. Con la carrera interna recién abierta, el presidente de la Xunta de Galicia justificó su decisión de no satisfacer las expectativas de quienes lo consideraban el candidato con mayor potencial al señalar que "no puedo fallar a los gallegos porque sería también además fallarme a mí mismo". La espantada de Feijóo puede propiciar, según fuentes populares citadas por Efe, que den un paso al frente la exvicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría y la exministra María Dolores de Cospedal, inmersas ambas en una fuerte batalla personal que agitaría en exceso las aguas internas del partido.

La otra sorpresa del inicio de la carrera por el liderazgo fue la irrupción del secretario de Comunicación, Pablo Casado, un candidato con el que nadie contaba hasta ahora y que se encuentra a las puertas de un posible encausamiento judicial por su curriculum académico.

Alberto Núñez Feijóo se autodescartó como candidato en Santiago de Compostela, en el mismo lugar en el que hace dos años anunció que por tercera vez encabezaría la candidatura de su partido a la Xunta de Galicia, arropado por la junta directiva regional de su partido. Emocionado e interrumpido por los aplausos, el presidente gallego se mostró dispuesto a cumplir con el tiempo que le resta de mandato en su comunidad autónoma. "Ya está, ya lo he dicho", remató la confirmación de sus renuncia ante la incredulidad de alguno dirigentes. En un discurso de unos quince minutos Núñez Feijóo expuso que en los últimos días sopesó la posibilidad de presentar su candidatura a la presidencia nacional del partido. Hubiera sido un paso "legítimo" tras dedicar la mayor parte de su vida a la defensa de los intereses generales. Finalmente, sin embargo, descartó dar el salto nacional porque "soy el presidente de Galicia porque mi único pacto ha sido con los gallegos".

El desistimiento de Alberto Núñez Feijóo, dejó descolocado a buena parte del partido y desató el temor a que, sin un candidato de referencia y con aparente capacidad para aglutinar a distintos sectores, el partido se encuentre en el umbral de una batalla interna, que se sustanciaría en el congreso extraordinario convocado para el 20 y 21 de julio. Por ahora, ni Soraya Sáenz de Santamaría ni María dolores de Cospedal han dado un paso al frente. La exministra de Defensa tiene convocada para hoy a la junta directiva regional del PP de Castilla-La Mancha, de la que es presidenta, y tras la que podría anunciar novedades sobre su futuro político. Hasta las dos de la tarde de mañana los posibles aspirantes disponen de plazo para presentar el centenar de avales que los convertiría en precandidatos.

El exministro de Asuntos Exteriores José Manuel García-Margallo figura ya entre quienes optan a la presidencia. Comenzó "de una forma casi artesanal" la recogida de avales y ayer instaban al resto de los que concurran al proceso a explicar "para qué se presentan, por qué se presentan, qué quieren hacer con el partido y para qué quieren el partido". La elección del presidente de los populares "no es un concurso de belleza, sino un concurso de ideas", advierte García Margallo, cuyo objetivo primordial es intentar cerrar el paso a la exvicepresidenta Sáenz de Santamaría, a la que ya descalificó como posible sustituta de Mariano Rajoy.

El anuncio de Pablo Casado de que también estará en la pugna por el liderazgo coincidió ayer con la petición al Congreso de la jueza de instrucción número 51 de Madrid, Carmen Rodríguez-Medel, de que certifique la condición de diputado del actual vicesecretario de Comunicación. La jueza investiga cómo obtuvo Casado un máster de la Universidad Rey Juan Carlos y su petición responde a que, por ser aforado, en el supuesto de ser llamado a declarar por el caso tendría que comparecer ante el Tribunal Supremo. El diputado popular mostraba ayer su "absoluta tranquilidad" sobre estas investigaciones por considerar que fue "transparente" y aportó "toda la documentación".