Mientras Cristiano Ronaldo copa las portadas de los diarios, Joao Moutinho y Raúl Meireles, los todo terreno peso pluma de la selección lusa, adquieren cada vez más influencia en el exitoso funcionamiento del conjunto.

Cuando Ronaldo deshizo en el minuto 79 el cerrojazo de la República Checa con un demoledor testarazo, Portugal ya había logrado despejar los nubarrones ofensivos que le atenazaron en el primer tiempo al transformar su dinámica de juego gracias al papel de su pareja de volantes: Moutinho y Meireles.

Cuarenta y cinco minutos de pocas ocasiones dejaron a Paulo Bento preocupado. ¿Cómo abrir la defensa contraria sin un media punta pasador nato? Presionar la salida del balón checa fue la fórmula escogida y su pareja de dinámicos medios fueron los destinados a ejecutarla. Y la ejecutaron con matrícula de honor.

Las pérdidas de balón de los checos fueron cada vez más comunes y más dañinas, pues se produjeron muy cerca del área de Cech. Y en esas situaciones Portugal se siente el rey.

Primero avisó Meireles en el epílogo del primer tiempo. Liberado de tarea defensivas, asistió a Ronaldo, que remató al palo. Y más tarde, Moutinho abrió la senda del gol. Combinó con Nani, se desmarcó y centró al corazón del área, donde el astro del Real Madrid otorgó la clasificación lusa a las semifinales con un cabezazo violento.

A pesar de que son jugadores ligeros en kilos, el peso simbólico de Meireles, medio del Chelsea, y Moutinho, del Oporto, es cada vez más notorio en el juego portugués.

Los 1,79 metros y 65 kilos del primero y los 1,70 y 61 kilos del segundo no les restan un ápice de fuerza y agresividad en el centro campo, donde a muchos entrenadores les gusta ver a futbolistas hercúleos.

Escoltas del medio centro del Génova Miguel Veloso, otra de las sorpresas del torneo, ambos tienen la misión inequívoca de defender y atacar en el dinámico 4-3-3 propuesto por Bento.

Aparte de su asistencia, Moutinho se destacó contra la República Checa en el robo del balón. Desde el tercer cuarto de cancha, limpió los cabos sueltos, cortó los avances del rival y ganó la mayoría de los duelos frente a sus oponentes.

El "ocho" de la selección lusa, nacido hace 25 años en la sureña Portimao, atraviesa su madurez futbolística después de haber despuntado muy joven en el Sporting de Lisboa.

En su segunda Eurocopa, Moutinho, que ha vestido la zamarra de "las quinas" en 47 ocasiones, es ya una referencia en el fútbol luso, donde ha ganado al servicio del Oporto la Liga lusa dos cursos consecutivos y la Liga Europa del 2011, entre otros títulos.

A pesar de haber brillado menos que su colega de la medular, Meireles, nacido en Oporto hace 29 años, aporta rigor táctico y criterio en el pase, imprescindibles para el ordenado sistema de Bento.

Sesenta veces internacional, el medio de Chelsea, famoso por su afición a los tatuajes y a los peinados extravagantes, también tiene un notable currículo y presume de haberse consagrado este año campeón europeo con su club.

Su decisivo gol en noviembre del 2009 en la repesca para el mundial del 2010 ante Bosnia le hizo pasar a la historia de la selección y, de paso, protagonizar un famoso anuncio en el que varias voces repiten un grito de guerra ya famoso en el país: "¡chuta Meireles!".