La selección española consiguió su tercera victoria consecutiva en los Juegos Olímpicos, ante los anfitriones, Gran Bretaña, por 79-78, en un partido trabado, sin ritmo y que a punto estuvo de complicarse para los subcampeones olímpicos.

Deng anotó una canasta a escasos segundos del final, el 79-78, al tiempo que el Basketball Arena estallaba en una demostración de incredulidad y asombro, porque la verdad es que la victoria de España apenas peligró y sólo el acierto a la desesperada de los británicos dio emoción a un partido denso, casi tenebroso.

Tras las experiencias de Brasil ante Gran Bretaña y la de Argentina ante Túnez, que se relajaron o menospreciaron al rival, la selección española no quiso caer en los mismos errores y salió muy concentrada en el partido para evitar algún susto innecesario.

Un 6-0 inicial pareció sentar las bases del partido, pero Freeland se encargó de anotar los 8 primeros puntos de Gran Bretaña y evidenciar que el equipo anfitrión no pensaba tirar la toalla tan rápido.

Los británicos, además, jugaron especialmente motivados contra España, como casi siempre, defendiendo incluso por encima del límite en muchas ocasiones, de ahí que pese a las buenas sensaciones que estaba transmitiendo el equipo español, el marcador no fuese amplio. Al término del primer cuarto, 24-15.

El seleccionador español, Sergio Scariolo, comenzó con las rotaciones algunos minutos antes de lo habitual e introdujo alguna variante con Víctor Claver jugando de '3', de alero.

Gran Bretaña siguió a lo suyo, aún a costa de cargarse de personales, forzando en defensa y tratando de no despegarse en el luminoso. Lo consiguió momentáneamente porque al descanso se marchó con solo 8 puntos de desventaja, 37-29.

Con el partido sin ritmo e instalado en una dinámica de continuas interrupciones del juego, el equipo español mantuvo las distancias pero sin acabar de romper el partido. Al término del tercer cuarto, 60-48.

El partido se volvió más espeso en los primeros momentos del último periodo porque la selección española también se contagió del ambiente.

El juego trabado y el acierto de los anfitriones hizo que el marcador se estrechase hasta los cinco puntos, 68-63 a falta de cuatro minutos. El Basketball Arena rugió como nunca cuando Deng bajó la diferencia a 3 puntos, pero Pau reaccionó y también el resto del equipo español.

Freeland con una canasta a falta de minuto y medio puso un poco de dramatismo a un partido anodino al anotar el 71-69, y también cuando a falta de 17 segundo el marcador se acortó hasta el 77-75, pero la experiencia es un grado y el doble campeón de Europa jugó con la seriedad que mereció el caso para obtener.

Luol Deng anotó el 79-78 a cuatro segundos para el final, pero España ya había agarrado una victoria sin brillo que le permite seguir invicta.