El dúo español formado por Andrea Fuentes y Ona Carbonell necesita mejorar el ejercicio libre que repetirá este martes en la final de natación sincronizada, después de haber cedido algo de terreno este lunes frente a China, que partirá con la ventaja de la décima conseguida en el ejercicio técnico. Rusia continúa imparable.

Las españolas han obtenido 96,590 puntos por 96,710 del dúo chino su gran rival por la segunda plaza. Las rusas volvieron a estar a otro nivel y consiguieron 98,600 puntos.

La nota no convenció al equipo español, que considera que su aportación artística merecía un mayor reconocimiento. "Estoy bastante decepcionada con la puntuación. Esperábamos que con este tango podíamos acercarnos un poco más al 9,7. Tenemos que analizar exhaustivamente en el vídeo para ver donde podemos arrancar un poquito a los jueces. La plata está en un 9,7, si no lo conseguimos, se nos puede perder fácilmente", ha opinado la seleccionadora Anna Tarrés.

Las españolas habían depositado muchas esperanzas en la interpretación del tango 'La Cumparsita', con el que para intentarán escalar una plaza en la final y colgarse la medalla de plata.

La suma de la rutina técnica de este domingo y de la libre determina la clasificación de los doce dúos que se han clasificado para la final: Rusia, China, Estados Unidos, Canadá, Japón, Ucrania, Italia, Grecia, Gran Bretaña, Estados Unidos, Francia y Corea del Sur.

Sin embargo, para la lucha por las medallas la puntuación con la que parte cada equipo es la obtenida en la rutina técnica, por lo que España empezará la final con una desventaja de una décima de punto con relación al dúo de China.

El equipo técnico español, con Anna Tarrés y Beth Fernández, estaba más satisfecho que las propias nadadoras del ejercicio. Fuentes y Carbonell habían depositado muchas esperanzas en el tango, que será con el que se jueguen la posibilidad de acceder a la medalla de plata.

Para mejorar el ejercicio, incluso a la pieza general 'La Cumparsita' de Geraldo Matos, se añadieron unos arreglos de Astor Piazzola ('Chin chin') para cuadrar el final.

Vestidas de rojo y negro, las españolas estuvieron enérgicas. Firmaron una buena actuación, especialmente lucida en mérito artístico, aunque la misma no quedó reflejada en la puntuación de los jueces.

Percepciones al margen, la puntuación ha sido 590 centésimas más alta que ayer, lo que puede dar una referencia de cómo puede ir la final.

Las españolas, en todo caso, esperan que el sorteo les favorezca. Hasta ahora, Fuentes y Carbonell han tenido que actuar antes que las chinas -sus grandes rivales-, pero sobre todo el principal inconveniente es que lo han hecho en segunda posición sobre veinticuatro participantes.

La mejor puntuación del ejercicio libre fue para las rusas. Natalia Ischenko y Svetlana Romashina consiguieron cuatro décimas más que la víspera (98,600). Ofrecieron un majestuoso ejercicio inspirado en la película 'Suspiros' de Dario Argento.

La historia de dos muñecas mecánicas que entremezcla elementos modernistas, con vistosos colores en los bañadores en una gran puesta de escena y resuelto de mejor manera por las dos referentes de la natación sincronizada actual.

La pareja china formada por Xuechen Huang y Ou Liu apostó por 'Dragon' y será la gran rival de las españolas. Las asiáticas obtuvieron mejores puntuaciones en técnica y en puntuación artística, pero las diferencias son tan pequeñas que todo se decidirá por detalles.

Uno fundamental es el sorteo. Si España nada mañana después de las chinas tendrá la pequeña ventaja que las asiáticas han tenido en los dos primeros días de competición.