Suecia se presenta en la Eurocopa en un momento de indefinición: entre la previsible despedida de su máxima figura, Zlatan Ibrahimovic, y otros jugadores clave en la última década y el inicio de la renovación con la generación que hace casi un año ganó el Europeo sub 21.

La dependencia de Ibrahimovic -cuya brillante trayectoria a nivel de clubes en Holanda, Italia, España y Francia no ha tenido correspondencias en la selección- la rigidez de sus centrales y la falta de creación en el medio son algunos de los defectos mostrados por Suecia y que su seleccionador, Erik Hamrén, ha intentado remediar dando paso a jugadores que lograron el verano pasado el mayor éxito reciente del fútbol sueco: la Eurocopa sub-21. Ahí figuran el central Lindelöf, los centrocampistas Lewicki y Hiljemark y el delantero del Celta Guidetti.

Suecia lleva cinco presencias consecutivas en la Eurocopa, y la cuarta plaza obtenida en la cita que organizó en 1992 sigue siendo su mejor posición de siempre.