Permítanme por favor la licencia de que empiece esta columna confesándome. Aunque no debería hacer falta decirlo después de ganar dos Eurocopas seguidas y un Mundial, yo sigo creyendo y mucho en la selección española. Estoy convencido de que esta Roja nada va a tener que ver con la de Brasil y eso por mucha incertidumbre que se haya generado a su alrededor desde entonces. A mí me ilusionan especialmente las caras nuevas que se han incorporado al grupo. Y me refiero sobre todo a Nolito, al que desde ya declaro oficialmente mi ´ojito derecho´ en el torneo. Y lo hago por dos motivos.

Uno es que, como yo, que fui el primero en Corea-Japón 2002, ha logrado entrar en la convocatoria nacional jugando en un equipo medio como el Celta de Vigo. El otro es que me parece un tipo descarado, desenfadado, y me siento identificado. La pequeña (gran) diferencia entre ´Noli´ y el menda es que yo me he pasado media vida defendiendo y que él hace temblar a los rivales cada vez que coge el balón cerca del área rival. Como además está ahora fino de cara a puerta, tiraría por la calle de en medio y no alinearía ni a Morata ni a Aduriz. Nolito, como ´falso 9´, sería sin duda alguna mi delantero de inicio.

Mi delantero: Acordándome del Guaje

Hablando de ataque y de gol, es una pena que la Eurocopa no pille a un delantero como David Villa con dos o tres años menos. Es el mejor ariete que ha tenido nunca España en toda su historia. Por movimientos. Por remate. Por inteligencia. Por entrega. Por valentía. En definitiva, por todo. La verdad es que no veo en el actual grupo a nadie que conozca tanto, que encaje tan bien en la idiosincrasia de juego de la selección española, como el Guaje. Así que en su ausencia, llámenme pesado, pero insisto en que me quedo con Nolito. Como no juega en un grande, ya verán como sorprende con su velocidad de piernas y de ideas a más de un rival durante estas semanas.

Otras selecciones: Ojo a Bélgica y Croacia

Aparte de reivindicar las aspiraciones de España, a la que me duele que no se le reconozcan sus logros ni su potencial actual, también me inclino en esta ocasión por dos selecciones como son Bélgica y Croacia. Creo que ambas, sin estar en el cupo de las que a priori se consideran favoritas, tienen potencial para llegar muy lejos en el torneo. Por ahí estarán también lógicamente Alemania o Italia, que pocas veces fallan, y la anfitriona Francia pese a las dudas del debut.

Hay que hacer el rodaje

Los primeros partidos en este tipo de competiciones sirven para algo más que clasificarse para los posteriores cruces a vida o muerte, y definir en qué posición llega cada uno estos. Soy de la opinión de que, salvo en contadas excepciones, en la fase inicial es cuando queda claro qué selecciones pueden o no ser campeonas del torneo que se empieza a jugar. La liguilla, y especialmente en el debut, permiten calibrar el estado físico de cada participante y adquirir sensaciones. Siempre digo que es como el rodaje del coche: en los kilómetros iniciales se ve si funcionan los pedales, la dirección, la suspensión o el motor. Así que no hay duda. Hay que salir desde el primer minuto fuertes y concentrados, a por todas. Acelerando.

'Caso de Gea': Por encima de la polémica

La noticia me pilló el otro día comiendo y casi me atraganto, la verdad. Más allá de los hechos denunciados en sí, que serán los jueces y los tribunales quienes determinen si se produjeron realmente o no, a nivel futbolístico pienso que la aparición de De Gea en todo el revuelo va a tener una repercusión escasa sobre el rendimiento de España. Los jugadores profesionales, a día de hoy, estamos mentalmente preparados para aislarnos de la presión. Convivimos con este tipo de cosas y, aunque no sea fácil, nos hemos acostumbrado a olvidarlas para dar el máximo sobre el césped.

Mi concentración: Unas risas con Camacho

Acabo por hoy rememorando aquella inolvidable experiencia personal en el Mundial de Corea y Japón. Hay cosas de entonces que las recuerdo como si fueran ayer, como las risas que nos echábamos en la habitación de los fisioterapeutas. Hasta el seleccionador, que entonces era José Antonio Camacho y dormía al lado, se sumaba a la ´fiesta´ cuando Joaquín o yo estábamos recibiendo masaje y animando el cotarro por la noche. Aquel grupo era muy bueno, con gente veterana y gran nivel como Hierro, Raúl y ´Cañete´, y otros más jóvenes; aquello tenía muy buena pinta, y yo sigo convencido de que si Al Ghandour no nos la lía en cuartos de final, aquello podía haber acabado en un gran éxito. Por cierto, nosotros ganamos los dos primeros partidos y en el tercero de la liguilla pudimos permitirnos el lujo dosificar esfuerzos. En fin, unas cuentas batallitas más del ´abuelo cebolleta´.