La selección portuguesa rubricó ayer un decepcionante estreno en la Eurocopa al no poder pasar del empate ante una Islandia que se presentaba como la "cenicienta" del torneo pero que demostró que tiene fútbol para plantar cara a los grandes.

El equipo que capitanea Cristiano Ronaldo no supo matar el partido tras adelantarse gracias a un gol de Nani, a la media hora de juego. Dejó por momentos jugar a la correosa selección islandesa, que venía de eliminar en la fase de clasificación a toda una Holanda y acabó pagándolo con una igualada ante el rival más débil teóricamente del grupo F, que completan Austria y Hungría.

La selección islandesa, que celebró el empate como una victoria, salió a morder desde el primer momento hasta el punto de que Portugal tardó en asentarse aunque cuando lo hizo la fogosidad islandesa se fue disipando.

Recién cumplida la media hora, André Gomes tiró una pared con Vieirinha en la banda derecha y el centro del centrocampista del Valencia lo remató a placer Nani. Nada pudo hacer para evitar el gol el meta islandés, que se estaba convirtiendo en el héroe de la noche.

La selección portuguesa parecía que ya había hecho lo más complicado. Siguió controlando el juego y atacando con parsimonia, pensado que el segundo gol llegaría solo.

Nada más lejos de la realidad. Una de las virtudes de la selección islandesa es su mentalidad. El equipo no se descompuso en ningún momento, por lo que nada más comenzar la segunda parte, cuando parecía que el resto del partido iba a ser un monólogo portugués, Bjarnasson empató el partido.

Fue un error clamoroso de la defensa lusa, al dejar al jugador del Aarhus danés recibir, completamente solo, en el segundo palo, un centro de Gudmundson.

Portugal trató de reaccionar y Cristiano Ronaldo comenzó a perder la paciencia hasta acabar totalmente frustrado por un comienzo de su selección muy lejos de lo esperado.