Un gol de Antoine Griezmann en el 90 y otro de Dmitry Payet en el 96 evitaron el ridículo a una selección francesa caótica, que pasó a octavos pero no encontró hasta entonces la forma de desarmar a la meritoria Albania.

Griezmann, señalado como uno de los culpables de los apuros pasados en la jornada inicial, compartió banquillo de inicio con Pogba, para convertirse finalmente en héroe gracias a un centro de Rami que cabeceó en el centro del área libre de marca.

Hasta ese minuto de fortuna, el modesto equipo que dirige el italiano Di Biasi había sacado los colores a la anfitriona. Demostró que los dos resultados previos (un empate en 2014 y una victoria el año pasado) no fueron fruto de la casualidad y metió en el diván a una selección que ha llegado a la Eurocopa sin un plan definido.

Sacrificó esta vez Deschamps a Pogba y Griezmann, caídos en desgracia tras el partido ante Rumanía, y también cambió el dibujo. Trató de abrir el campo con Coman y Martial en las bandas y puso como enganche a Dmitry Payet, el nuevo ídolo francés.

Pero sin dinámica de juego, ni creación en el centro del campo, Francia fue un equipo demasiado previsible para poner en aprietos al voluntarioso conjunto albanés. Payet bajó en demasiadas ocasiones al centro del campo y no logró filtrar más que un pase que desaprovechó en el área Martial, demasiado lento. Como el jugador del Manchester estuvo atropellado y Coman inconsistente, todo el plan ofensivo francés consistió en buscar a Giroud por alto.

Deschamps tuvo la sensación de que le había fallado el plan y en el segundo tiempo dio entrada a Pogba en lugar de Martial, devolvió a Payet a la banda y Francia, aunque de forma atropellada, comenzó a crear peligro. Un testarazo de cabeza de Coman, otro remate alto de Pogba tras un gran pase con el exterior de Payet... Y, previamente, un gran susto, porque su defensa sigue teniendo lagunas y, casi de rebote, a punto estuvo de encontrarse con el gol si no hubiese estrellado el balón al poste Memushaj (minuto 51).

Pasada la hora sin resultados, Deschamps ya había dado entrada a Griezmann, para poco después un nuevo cabezazo de Giroud se estrellaba en la base del poste (minuto 69).

Al final, a empellones, Francia metió a Albania en su área y en el último instante encontró la solución, primero por medio de Griezmann y, en la última jugada con Payet. Goles que evitan el desastre y dan el pase a octavos, pero que no maquillan la falta de juego del anfitrión.