Lille

Marek Hamsik, con una asistencia a Daniel Weiss y con un golazo, dirigió la victoria balsámica de Eslovaquia por 1-2 ante Rusia, que, con un punto en dos jornadas, se complica su futuro en la Eurocopa.

Hamskik, la estrella eslovaca, no defraudó y condujo a su equipo hacia la victoria con una actuación destacada en colaboración con la timorata defensa rusa. Él y Weiis, con un par de zarpazos en la primera parte, abrieron el camino hacia los tres puntos que necesitaba Eslovaquia con urgencia tras la derrota sufrida ante Gales por 2-1 en la primera jornada.

Con la grada en calma, Eslovaquia fue el equipo que se dedicó a hacer fútbol. Salvo un disparo de Smolov que salió rozando un poste de la portería defendida por Kocacik, el resto de ocasiones las puso sobre la mesa el cuadro centroeuropeo.

Después de dos disparos de Hamsik y de Durica, Weiss, en el minuto 33, aprovechó un magnífico pase de Hamsik para marcar el primer tanto. Berezutsky y Schennikov llegaron muy tarde, se tiraron al suelo muy pronto y Weiss marcó sin casi oposición.

Con Rusia grogui y esperando el descanso para arreglar sus problemas, casi al final del acto inicial apareció Hamsik para marcar el 2-0, un golazo, con un disparo lejano que rebotó en un poste y se metió dentro de la portería.

Los cambios realizados por Leonid Slutzki en el inicio de la segunda parte surtieron algo de efecto y Rusia consiguió tener el balón en su poder, pero lo hizo sin ideas ante un equipo que poco a poco se fue desgastando más físicamente.

Eslovaquia aguantó el marcador casi sin problemas hasta el minuto 81, cuando Glushakov recortó distancias con un cabezazo desde dentro del área eslovaca. Sin embargo, los últimos intentos rusos no surtieron efecto y Eslovaquia, con tres puntos, se coloca en buena posición para alcanzar los octavos de final.

Ante Inglaterra se jugará muchas de sus opciones, pero más complicado lo tendrá Rusia. Con esta derrota, afrontará la última jornada frente a Gales con un solo punto y pie y medio fuera de la competición. Hamsik, con una asistencia milimétrica y un golazo, amargó la existencia al equipo de Slutski.