España, vigente bicampeona continental, quiere sellar esta noche en Niza su clasificación para los octavos de final de la Eurocopa, para lo que necesita superar a una Turquía que dejó una mala impresión en su debut ante Croacia.

La Roja llega a esta segunda jornada reforzada por su buen debut ante la República Checa, que aguantó 87 minutos hasta que Piqué remató de cabeza un centro sublime de Iniesta y superó a Cech. El gol fue balsámico por varios motivos, el primero y más primordial por cerrar un debut victorioso, algo que España no había logrado en los tres últimos torneos y que le acerca a octavos, una ronda que está más "barata" que nunca al acceder a ella cuatro terceros de grupo.

Además, el tanto sirvió para exhibir la unidad del equipo, resaltada por el propio Piqué en las redes sociales, donde colgó una foto de la celebración junto a Sergio Ramos acompañada de un texto que no deja lugar a dudas: "Supongo que no hace falta decir nada más... Somos un magnífico equipo!".

Las alabanzas de Jordi Alba al propio Ramos, de Lucas Vázquez a los jugadores del Barcelona, de Cesc hacia Juanfran... Esta semana todo los integrantes de la Roja se han multiplicado para lanzar mensajes de unidad y demostrar que, juntos, están decididos a olvidar la tremenda decepción que supuso el Mundial de 2014.

Dentro de esta corriente de cohesión también se interpreta la actitud de Iker Casillas, que asumió su suplencia con naturalidad y celebró como el que más el tanto de Piqué. La famosa "transición dulce" tantas veces proclamada por Vicente del Bosque se confirmaba en la portería y ya se puede hablar de De Gea, que apenas tuvo trabajo en el debut, como el guardameta titular.

España, que lleva seis partidos seguidos en Eurocopas sin encajar un gol, mostró solvencia defensiva y buena circulación ofensiva agarrada a la exquisitez de Andrés Iniesta, nombrado MVP del encuentro y demostrando que ha llegado en plena forma al torneo. Por ello, no se esperaba que Del Bosque mueva la alineación, más allá de la posible entrada de Koke o Thiago por un Cesc demasiado apagado.

La victoria confirmaría el pase de España a octavos y, de paso, dejaría prácticamente eliminada a Turquía, que decepcionó en su debut y solamente los postes le salvaron de perder por un resultado más abultado frente a Croacia.

La selección otomana fue víctima de la actuación gris de Arda Turan, su capitán y jugador más talentoso. El centrocampista del Barcelona pone la creatividad del equipo junto con Calhanoglu, que viene de brillar en el Bayer Leverkusen, y sin Arda Turquía se convierte en un equipo corto de recursos.

En cualquier caso, España es clara favorita en un duelo que domina históricamente, ya que ha sumado cinco victorias, cuatro empates y una derrota en diez enfrentamientos oficiales. Un balance que la Roja quiere prolongar en Niza con su fórmula ganadora: toque veloz al compás marcador por Iniesta.