Es de las pocas opciones que existen actualmente para pagar menos impuestos, y como todos los años a la hora de hacer la declaración de la renta nos acordamos de ellos, ya sea para pagar menos o para que la devolución sea mayor.

Si al final nos decidimos por empezar a invertir en este producto de previsión, elegir el plan de pensiones individual más adecuado no es una tarea fácil, tanto por la gran cantidad de productos existentes como por las enormes diferencias entre los activos en los que invierten.

Los planes de pensiones a diferencia de otros productos destinados a asegurarnos una renta o capital a la hora de la jubilación son productos que se instrumentan como un fondo de inversión, invirtiendo en diferente tipo de productos que pueden (con la excepción de los garantizados) generar incluso pérdidas.

A esto hay que añadir que son productos de cada vez mayor largo plazo, ya que la edad media de contratación es cada vez menor, y si tenemos en cuenta las limitaciones para rescate anticipado (además del fallecimiento del partícipe, invalidez y con la nueva normativa estar en desempleo y no cobrar subsidio) y por tanto en términos de rentabilidad debemos fijarnos más en productos de medio y largo plazo.

A través de nuestro comparador, www.iahorro.com/planes-de-pensiones podemos acceder tanto a las rentabilidades en diferentes plazos de forma global o como por las diferentes categorías. No hay que olvidar, como aparece en muchos folletos de emisión de productos, que las rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras pero si nos sirven de guía.

Lo que sí es completamente objetivo son las comisiones, pagar por ejemplo un 1% menos con un plazo medio del 28 años supone ganar más de un 30% más.

Cambiar de planes

Pero lo que no hay que olvidar es una de las grandes ventajas de estos productos es poder cambiarlos libremente, pudiendo adaptarlos a las necesidades y plazo de inversión del plan de pensiones.

Así para los que empiecen las aportaciones con un horizonte de más de 20 o 25 años hasta la edad de jubilación, la mejor opción son productos de mayor riesgo como renta variable o renta variable mixta, ya que en el largo plazo generan una rentabilidad mayor pudiendo salvar ciclos malos como los dos últimos años.

A medida que se acerque la edad de jubilación, se debe ir pasando a productos más seguros, dejando para los últimos años fondos de renta fija a corto plazo que generan rentabilidad muy limitada pero con poco riesgo de perder lo invertido.

Respecto a los productos garantizados especialmente a renta variable, es una buena opción para no perder la inversión pero con un precio, unas mayores comisiones.

Por ello antes de elegir cualquier producto, estudie bien las condiciones de cualquier producto.