Uno ya está cansado a estas alturas de la película de leer siempre que ´si los mercados nos penalizan injustamente´, ´que si la bajada de calificación y subida de primas no importa´ o ´que si es un ataque de los bajistas´. Pero el caso es que la Bolsa se ha convertido en un punto de huída del dinero de los pequeños ahorradores que no se fían un pelo de cómo se comportan los mercados y menos después de que los tiburones brokers anden escasos de presas para meterles unas dentelladas que mengüen los ahorros de los pequeños inversores bursátiles.

Siempre para cada mala noticia los expertos tienen una disculpa o, mejor dicho, una justificación. Lo malo es que esta justificación no la supieran antes de que se produjese dicha mala noticia. A toro pasado conozco yo muchos especialistas, la verdad sea dicha. ¿Alguno alzó la voz cuando la banca ´impunemente´ colocaba las participaciones preferentes a los pobres ahorradores sin piedad de ningún tipo? ¿Algún experto predijo que las cuotas participativas de la CAM valían 0 euros?

Lo cierto y además debe de ser así, es que la Bolsa y la banca deben de adaptarse no solo a lo que dicten los mercados, sino que también deben de adaptarse a lo que dicten los ahorradores. Como muestra de esto es la cifra presentada hace unos días por el Banco de España que indica que la cifra de ahorros de los pequeños ahorradores ha huido en un 15% del mercado bursátil, y que no es mayor porque muchos accionistas no quieren vender en pérdidas y prefieren esperar a ver si recuperan. Pero no solo eso, también huye el dinero de los productos de la banca que buscan que el ahorrador particular deposite su dinero a largo plazo. Adiós a los fondos de largo plazo y a los famosos ´estructurados´.

Las cifras hablan por sí solas: el dinero de las familias en Bolsa se ha reducido en un 15%, hasta los 463.977 millones de euros, mientras que el ahorro depositado en valores distintos a acciones se incrementó en un 34,5%, con 62.686 millones de euros, en el cual las familias se decantan notoriamente por la rentabilidad a corto plazo, con un incremento de los activos hasta los 12.965 millones de euros, 5 veces más que en el 2010. O sea, la gente abandona el riesgo y la inmovilización de sus ahorros a largo plazo (fondos o depósitos a largo plazo) para decantarse por la rentabilidad, aunque no sea mucha, pero en el corto plazo.

Conclusión: los ahorradores también somos cortoplacistas, algo de lo que se quejan muchas empresas en Bolsa y en especial curiosamente las entidades financieras.

Puede ser en cierta medida hasta un caso de ´justicia poética´. Las entidades financieras que han estado de lleno en el ojo del huracán de esta crisis financiera mundial están a merced de los mercados a los que han alimentado durante años a base del ahorro de las familias. Pero ahora que los mercados se vuelven en su contra, lo justo es que no esperen el apoyo de los pequeños ahorradores contratando productos a 2, 3 o más años, para luchar contra los mercados. Las familias priman la liquidez por encima de todo y por eso el ahorro de las familias, aunque menor, se está moviendo hacia los productos de ahorro cortoplacistas.

Señores de la banca: ´ni los mercados eran tan buenos cuando a ustedes les daban ingentes beneficios metiendo en ellos el dinero de los pequeños ahorradores, ni son tan malos ahora que se aprovechan y especulan con lo que valen sus acciones en la Bolsa´. Respeten a los ahorros de las familias porque serán los únicos que tendrán a su disposición cuando ´los mercados´ decidan entrar a matar.

José Luis del Campo Villares, iAhorro.com, comparador de ahorro