Para cualquier persona, la salud es una de sus mayores preocupaciones y en la que está dispuesta a realizar mayores inversiones si fuese necesario. Para cierto tipo de perfiles, un seguro médico puede resultar una herramienta muy interesante para mantener su bienestar sin problemas.

Una de las principales ventajas de este tipo de seguros es la de agilizar los trámites: por ejemplo, al conocer de qué dolencia padece el paciente, es posible derivarlo al especialista, sin necesidad de pasar por la consulta general. También puede suponer un ahorro de dinero para aquellos que necesiten tratamientos muy continuos y/o caros.

Las modalidades de seguros de salud que pueden encontrarse en el mercado son las siguientes.

- Seguro de asistencia sanitaria. Es el tipo más conocido y utilizado. Al contratarlo, el asegurado dispone de una serie de profesionales y hospitales que mantienen un acuerdo con la aseguradora, y puede elegir entre aquellos que ésta ponga a su disposición dependiendo de sus necesidades.

Según el tipo de póliza, será posible acceder a diferentes coberturas y otras garantías, como el funcionamiento dentro de un territorio específico, o cierta especialidad que no se encuentra en el cuadro básico. Es por esto que resulta muy importante conocer de antemano qué cubre realmente el seguro, de manera que no existan malentendidos o sustos posteriores. Por lo general, las coberturas básicas incluyen enfermería, diagnóstico, medicina general, pediatría o urgencias, entre otros.

-Seguro de reembolso. Esta opción es algo diferente, pero puede resultar muy útil en según qué ocasiones. El asegurado puede elegir a qué profesional acudir por él mismo, y tras la visita. Se le reembolsará un porcentaje del dinero gastado. Aunque, como siempre, depende de la aseguradora y el tipo del contrato, es habitual que la devolución sea de entre el 80% y el 90% del total.

Este tipo de seguro es una buena opción para aquellos que requieran servicios algo más alejados de la medicina convencional o cuidados básicos de forma puntual. También son recomendables, por ejemplo, si se viaja al extranjero con frecuencia.

- Seguro de subsidio. Este tipo de pólizas no cubren el tratamiento médico, sino que pagan una indemnización económica por el tiempo que hayan pasado inactivos. Es un seguro muy interesante sobre todo para cubrir períodos de baja laboral que, de otra forma, podrían resultar muy negativos para la economía del asegurado. Es por esta razón que se utiliza, sobre todo, por trabajadores autónomos que necesitan un "colchón" en caso de verse en una baja prolongada.

¿Son convenientes?

Como ya hemos comentado, los seguros de salud pueden resultar una buena idea para aquellos que acudan con frecuencia al médico y busquen un trato más personalizado.

El principal inconveniente es que, efectivamente, suponen una inversión más o menos importante dependiendo de la modalidad del seguro. Tampoco son indicados para las enfermedades más graves, ya que las garantías en estos casos son muy pobres y lo más probable es que resulten insuficientes.

También hay que tener en cuenta las coberturas que tienen un período de carencia durante el cual no podrá accederse a sus servicios. Sucede muy habitualmente con los tratamientos de reproducción asistida o la asistencia en partos, son habituales periodos de carencia de 24 y 8 meses, respectivamente.

Actualmente las pólizas también permiten contratar coberturas adicionales muy útiles para cierto tipo de tratamientos o mantenimiento. Se contemplan desde descuentos en gimnasios hasta masajes de rehabilitación.

Antes de contratar este tipo de seguro, es importante valorar sus ventajas e inconvenientes para cada perfil, ya que de ellas dependerá que resulten o no rentables.

Yaiza López-Huerta, colaboradora de iAhorro