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Con la digestión del disgusto isleño hecha, la sensación que queda en el Oviedo es de profunda tristeza tras la derrota en Las Palmas, que saca a los del Cuco de la promoción. El viaje de vuelta a Asturias fue un funeral. Silencio. Nadie decía una palabra. Sentimiento de una oportunidad única que se escapó. El encuentro en el Estadio de Gran Canaria era una final y el Oviedo la perdió. Queda una luz de esperanza en la última jornada, pero ahora mismo la empresa se ve cuesta arriba.
Mara Villamuza
Con la digestión del disgusto isleño hecha, la sensación que queda en el Oviedo es de profunda tristeza tras la derrota en Las Palmas, que saca a los del Cuco de la promoción. El viaje de vuelta a Asturias fue un funeral. Silencio. Nadie decía una palabra. Sentimiento de una oportunidad única que se escapó. El encuentro en el Estadio de Gran Canaria era una final y el Oviedo la perdió. Queda una luz de esperanza en la última jornada, pero ahora mismo la empresa se ve cuesta arriba.
Mara Villamuza
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