Los españoles se casan menos, más tarde y optan cada vez más por la soltería definitiva, hasta el punto de que la generación de los sesenta -quienes ya han cumplido los 40 años- ha multiplicado el porcentaje «tradicional» de solteras y solteros en el país.

De las mujeres nacidas en la década de los cincuenta prácticamente todas elegían el matrimonio y sólo el cinco por ciento preferían quedarse solteras, afirma en una entrevista con «Efe» el profesor de Sociología de la UNED Juan Ignacio Martínez Pastor, quien acaba de publicar el estudio «Nupcialidad y cambio social en España», editado por el CIS. Sólo el 25 por ciento de las jóvenes nacidas en la segunda mitad de los años setenta se había desposado antes de cumplir los 30 años, un porcentaje que se eleva al 80 por ciento en el caso de las mujeres de los años cincuenta.

Las que cambiaron claramente el patrón matrimonial fueron las nacidas en los sesenta: ellas marcan un antes y un después. Así, de los nacidos en la segunda mitad de los sesenta, el once por ciento de las mujeres descartó la unión matrimonial y un quince por ciento de los varones hizo lo propio. En ambos casos se trata de «porcentajes muy altos», frente al «5 por ciento tradicional», señala el experto en sociología de la familia y del trabajo, que explica que en este colectivo «hay muy pocos que cohabiten y la mayoría viven solos, pero no significa que no mantengan relaciones sexuales».

Otra peculiaridad de España, apunta Martínez Pastor, reside en que a mayor nivel educativo y trayectoria profesional de la mujer menos probabilidades existen de que se despose.